Me desperté entusiasmado como todos los domingos y encendí mi tv, para tragarme mi programa favorito de RCTV de mi rutina escuálida mañanera.
¡Oh sorpresa!
-¿Qué pasa con el canal de mis cataratas ufanas, Barcelina? –pregunté. ¿En el tuyo se ve algo? -No, mi amor, piñonate con epazote y matarile. Never, never. ¿Será que los camarógrafos amanecieron con cagantina gitana consecutiva, por la fabulosa marcha de ayer que les llenamos las tripas de los ojos ocultos a los chavistas.
-¿Bancelina, no me engañes como si fuera un espía del gobierno y vomítame tu vil pensamiento farandulero? Antes que me dé un patatú light ¿si es lo que estoy pensando?
-Te puedo asegurar Federico Cotorro de mis esparavanes inciertos, que estoy como tú muerta en vida, sin imagen que recorra mi cuerpo, por los delincuentes informáticos, que lo más seguro se comieron los cables del tiempo y, nos dejaron en bocacalle con el muchacho en la barriga.
Barcelina de mi información, repósate y vete tranquila a master y después te me presentas con un negro cargado que la resaca de mi intranquilidad me devora, mientras, yo pienso en la terquedad de los guapos ilegales que preservan el desorden ambiental de mi canal cerebral alterno que me sintoniza el alma.
Cotorrito Federiquiño: -¿estás parado o sentado? No sé mi imagen borrosa. Porque los nervios de mi desigualdad me tienen sudando de terror enlatado, creo Barcelina, que estoy en un pie en ripley, porque el otro está navegando sin orientación, pero aún así, suelta la mazamorra de noticias gallegas que te traes, corazón de mis novelas –respondió. Balcina, nos han tumbado la señal a media noche. -¿Y quién fue ese ingrato, que osó sin pasión como novela del otro canal, trastocar mis ondas hercianas? –dicen, que la orden vino de Cuba, pasó por Miraflores y, como onda al fin llegó a Conatel y de allí se dispersó hasta frecuentar las cableras –detalló Barcelina.
¡Por favor, Barcelina! Llámate a Ravell y dile, que llame inmediatamente al secretario de la OEA y que después mande a Ismael García a besuquear a la CIDH que, si lo que quieren es pupu internacional con sangre lo van a tener del bueno que, yo me encargaré de llamar a la Conferencia Episcopal Venezolana para hablar con Baltazar Porras para pedirle que se comunique inmediatamente con san Juan o con san Pedro, el primero de ellos que le atienda donde el sabe que se hayan y, sino en última instancia con san Lucas, porque dios debe de estar bien ocupado hoy domingo y, que le ponga la piedra de tranca a Chávez, para que lo jodan los santos y, otra vaina, no dejes de avisarle a Ramos Allup para que se dirija a la ONU a pedir un derecho de palabra en inglés y a Marcel, llámalo y mándalo para el carajo viejo que, la torta no la puso, sino que la picó antes de tiempo y le dio razones a Diosdado Cabello, para dejarnos en tinieblas y habiendo luz.
Hermanos, sin que me quede nada por dentro, pero este 24 de enero, ha sido y será el mejor 24 de toda mi vida. Aunque ese canal murió y tiene años que para mí quedó frío de toda frialdad.
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