El programa de intimidación hacia el Estado venezolano, desarrollado por el personal informativo del canal Globovisión por la detención de su presidente y dueño: Guillermo Zuloaga, aupado y realizado este cuarto jueves del mes de marzo fue infame sin parangón en la historia política contemporánea de Venezuela, aquello parecía como si se hubiera planificado con antelación un terrorismo de opinión sincronizado sin cuartel, paso a paso, palabra tras palabra, frases sobre frases en todo el transcurso del día y de la noche porque, las baterías de la canalla apuntaron sin contemplación alguna y con mira fija contra el presidente Chávez y la libertad de expresión que en la actualidad goza de todos los privilegios contemplados por las leyes venezolanas y, con toda la mala fe preñada de mentiras trataron de irritar y desinformar al común de los mortales de este y otros continente y desviar su atención de los planes y programas que nos benefician y, ellos los descalifican con toda la crueldad de sus sentimientos de perversidad que vaciaron con virulencia como connotadas individualidades de la política derechista de ese confín de fascistas que actúan como polillas de la desigualdad mundial que prestos a destruir el acercamiento social-económico-cultural entre los pueblos de América, particularmente del sur y Centroamérica, orientados en busca del socialismo del SXXI, por lo que los entrevistados descargaron con apego su hipocresía como rufianes de la connivencia sin límites y alumnos de la patraña yanqui en defensa de lo no indefendible moral y éticamente de los causales que originaron la aprehensión del burgués empresarial, bien sustanciada por el Ministerio Público, prácticamente, la planificación funcionó, para que se dieran todas las llamadas del exterior de Colombia, EEUU y Europa, generalmente desde España, es decir la comunicación entre ellos vició de arrugas el día, para darle paso a la arrogancia capitalista y, lo que es normal en cualquier país del orbe quedó descalificado como una usurpación de una dictadura de la que ellos se esmeran en presentarnos como ejemplos del el eje del mal internacionalmente.
Daba asco oír tanta porquería junta de los gigantes destructores de molinos de vientos, cuan lanza en mano arremetieron contra los principios de un pueblo que se estira de bondades en la cooperación y colaboraciones en rutinarias acciones de ayuda que se encauzan por un sistema que trata de enrumbarse escalando los peldaños superiores de la convivencia humana en pro de la justicia social.
Este jueves pasado un nubarrón de injurias se hizo sentir en la Venezuela del presente, lastimando la fertilidad de nuestra democracia revolucionaria por los edecanes del desastre cómplice que desdicen situaciones puntuales, entre ellos están como representantes de la fetidez borrascosa: Plinio Apuleyo, Mario Vargas Llosa, Andrés Pastrana, José Miguel Insulza, la CIDH, José Miguel Vivanco, Alberto Federico Ravell, el embajador de Panamá en la OEA y otros malévolos del porvenir y parlanchines de la desgracia que persisten en obstruir el camino que lidera nuestro comandante presidente Chávez y buscan encasillar peones desfigurándoles su semblante de maldad.
Qué fatalidad la nuestra de tener como enemigos ese lumpen de plácidos de la otra oferta, conspiradores de oficio que reptan libremente para unirse al nido de alacranes que inoculan su veneno, para cobrar la recompensa de la tarifa del imperio yanqui paga.
La crema y nata de la ultraderecha mundial enroscada al capitalismo embrutecedor se recompensó con sus sátiras odiosas a favor de Guillermo Zuloaga y de Oswaldo Álvarez Paz, quienes arrastran sus sillas de ruedas del neoliberalismo a favor de la miseria humana, malacostumbrados a mandar y ordenar, para lograr los frutos del fraude y de la corrupción.
Hagan lo que hagan los serviles de la comunicación y de la política oposicionista, solos, o, apoyados por las hienas de la mentira y el engaño del estatismo mundial, nuestra lección para ellos es que: jamás pasarán ni nunca más volverán.
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