Caramba, ese pollo al que Ameliach va a ensartar para asar es feo pero con candela pareja todos los pollos cambian de aspecto.
Por otra parte, Elías parece no querer comer carne ni pescado sino molusco. Hasta ahí, me parece correcto, más, se da el caso de la compatriota Yelitza que quiere espaturrar a un gato pero no para comérselo sino para desollar y hacerse una cartera de piel de gato. Seguramente ella iría eventualmente a la ceremonia de posesión del cargo como gobernadora, ataviada con su hermosa cartera pero de seguro las ong de la sociedad protectora de animales apelen a su manifiesta hipocresía y peguen el grito en el cielo, sólo en defensa del gato y no en defensa del pollo ni del molusco, que también son animales.
Y así todos los demás candidatos del pueblo batallan con gran confianza para poner en alto el gentilicio popular.
Volviendo a lo del compatriota Ameliach, es bueno recordar que no se pueden contar los pollos antes de nacer; y, por añadidura, cuando un pollo ya está crecidito, tanto que parece más que un gallo un pavo -pollopavo- es recomendable, antes de torcerle el pescuezo, zamparle por el pico media botella de brandy para que adobe bien y de paso afloje las plumas.
¡Buen provecho!
oceanoatlanticoguillermo@gmail.com