Oyendo al vicepresidente Arreaza y la Ministra del PP para la Salud, anunciando la nueva modalidad para la distribución gratuita de más de ochenta medicamentos, con el solo requisito de la presentación del récipe, no pude pensar otra cosa distinta a lo que con seguridad va a suceder, sobre todo en, o través de la frontera, y veremos cómo miles de cajas de esos productos van a parar a manos de los receptores del otro lado de dicha frontera y tendremos más temprano que tarde que oír cuando nos dicen "no hay", no porque no hayan llegado a los sitios de distribución, que según la información serán Farma-Patria, la red de salud pública desde Barrio Adentro, Hospitales y Ambulatorios, pues ya sabemos que lamentablemente hay muchos, más de los que pensamos, inescrupulosos que seguramente se van a prestar para vender récipes, unos, otros se van a dedicar a falsificarlos junto a firmas y sellos y sin esperar demasiado, Dios quiera que no, y esté equivocado, y tengamos que escuchar al Presidente afirmar que éso, como los Abastos Bicentenario se pudrió.
Ojala y estuviese equivocado y no se repitan las experiencias que aquí en el Táchira con más fuerza que otros estados del país ha sucedido con la proliferación de las mafias que seguramente van a ver en este anuncio, otra oportunidad de explotar y ahora de manera más fácil, un filón que les va a producir más dividendos que el oro.
Para nadie es un secreto, cómo lamentablemente muchos profesionales de la medicina se prestan para vender reposos, esos que lo hacen son excelentes candidatos para colocar en manos de los bachaqueros, talonarios enteros, firmados y sellados y en blanco para rellenar, conforme a las demandas de medicamentos que estén dentro de la lista de distribución gratuita.
Sé que no faltará quienes me tilden de pesimista e incluso de aguafiestas, yo a esos les diría que lo que soy es realista, porque he vivido en carne propia la acción depredadora de nuestra economía por parte de los llamados bachaqueros que aquí en el Táchira pareciera han logrado el don de la invisibilidad, porque en muy poca monta las autoridades de inteligencia han logrado dar con ellos, con sus centros de acopio, con sus financistas y sobre todo con la persona o personas que garantizan que de todo ello se desprendan buenos dividendos políticos para la contrarrevolución, la prueba muy reciente, el 06D aun la estamos intentando digerir.-
Ahí está el ejemplo de los taxis, aquí fueron bastantes los que se entregaron y no pasan de 5 o 6, los que se ven circulando por las calles, ahí están los miles de casos de los teléfonos de VETELCA, no se encuentra uno ni para un remedio, y en Cúcuta usted consigue el modelo que desee y no se diga el mal que hemos sufrido ya durante más de dos años con la escases de alimentos, cuando existen pruebas irrefutables de que el Estado Táchira, es uno de los que más cantidad ha recibido, pero para que se desaparezcan o nunca lleguen a los anaqueles y cuando llegan, lo hacen por goteo que no alcanza sino para muy pocos y de esos pocos la mayoría son bachaqueros.-
Entonces, es de suponer que quienes van a ser responsables de velar porque los ochenta y tantos medicamentos anunciados por los altos funcionarios, puedan garantizar algún método o fórmula para evitar lo que aquí escribo, como una advertencia de lo que va a suceder, si no se dispone algo que frene a las mafias, que a estas horas ya estarán adaptando su estructura delictiva, para absorber esta nueva forma de inclusión para los más necesitados.-
Yo propondría, que como en los bancos, se registre la firma y el código de los médicos, eso sí, a la mayor brevedad y que sean sólo los registrados quienes puedan emitir récipes, pero que además a quienes se les detecte frecuencia sospechosa en la presentación de dichos récipes se le investigue y se le haga seguimiento para ver dónde llevan los medicamentos.
Además hay que tratar de que los récipes sean emitidos preferiblemente por médicos que ejerzan en las instituciones públicas de salud, lo cual facilita el registro y el control.
Dios quiera que en este caso, no sea peor el remedio que la enfermedad.