El Federal no tiene un pelo de templo

El alzheimer afecta a los escuálidos

Y también es bastante conocido, porque los periodistas tenemos la mala costumbre de leer los periódicos por las mañanas, además de tener en las redacciones las radios y televisores prendidos y, como si no nos bastara, nos enteramos cada noche, antes de acostarnos, de lo que ocurre en el día, bien sea por radio o televisión.

Y si algunos dan a entender que el alemán los sigue persiguiendo, que no los deja bien parados, les recomendamos que acudan a las bibliotecas, que en ellas están celosamente guardados los medios impresos del país y los consulten y puedan enterarse que, en 1994, los accionistas de los bancos hicieron una masacre con los ahorristas y se les llevaron sus dineros.

Más de uno murió y no llegó a recuperar su plata.

Adecos, copeyanos y el resto de la fauna política en el poder saben bien estas historias, pues se conocían los unos y otros; y también saben que muchos huyeron al exterior con los dineros de los auxilios financieros que el Estado les entregó.

Y también muchos de los declaradores de oficio de los oposicionistas venezolanos sabían y conocen lo que han estado haciendo los banqueros en el país y saben que las intervenciones son legales y también entre ellos saben que más de uno ha estado involucrado en negocios extraños.

Hay que tener la mente deformada para creer que el periodismo que hace Globovisión es ético, cuando en esa estación se ejerce un trabajo comunicativo poco honesto.

Y las agencias informativas internacionales deberían destacar lo que es correcto, que la revolución está dando la cara por los ahorristas, estén con ella o en contra y eso lo saben, pero lo ignoran adrede. Ese periodismo no es precisamente el mejor.

Tales agencias deberían informar que Chávez, de manera permanente, es objeto de agresiones, todo porque no acepta ser manejado por los que siempre han dirigido el país, es decir, quienes tienen detentan el poder económico y sus y sus aliados liberales de las transnacionales.

La cuestión, hay que decirlo una vez más, es ponerle freno al que está desbocado; a blancos, negro y variopintos; a millonarios, ricos, medio ricos, sin riqueza y pobrísimos, porque para algo son las normas. Ese es uno de los grandes retos que tiene la revolución bolivariana de Venezuela por delante: lograr que todos cumplan las leyes y que todos sean éticos y eso, no le gusta a los opositores a la revolución.

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Pedro Estacio


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