Es tiempo de escuchar e ideologizar la cultura que nos llega a través de lo urbano, los medios y la experiencia. El azúcar ingerido en refrescos o bebidas hace un verdadero combo en nuestra estructura corpórea para allegarnos al clientelismo y gregarismo de una manipulación constante hacia nuestra identidad y, dichos conceptos lo aceptamos como tal.
En los centros comerciales, siempre habrá un manipulador que desestima nuestro perfil y nos lleva a abarcar diversos temas, pero, nunca llega a las cuestiones básicas de la existencia y se hace difícil salir de esa realidad táctica, porque el demagogo solo busca destacar su vestimenta, palabra y descubrir su censura oculta ante quienes le oyen.
Por eso, debemos tener soberanía espiritual para elegir a la mujer elegante o hombre que debe intercambiar opiniones con nuestro particular sentir. En esas conversaciones diarias debemos evitar la censura tanto externa como interna, ya que se busca imponer una selección expresiva y hay que avisarle a nuestro ingenio que nos busque una manera de expresarnos y proveernos sobre la insinuación, hay que tener libertad para hacer todo de una manera selecta.
El ser humano aparece en el mundo con una realidad o lineamiento externo que refleja un gran poder y el potencial como debemos manejar ese recurso. Ese potencial esta descrito por la Astrología y La Biblia que engloba el destino del género, como de toda la humanidad. La Creación tiene que ver con la polarización de los principios divinos, porque, Dios esta en todas partes y todas las formas de contenido constituyen parte de él mismo. Uno tiene una relación directa con un tipo de determinismo y a su vez, con el fatalismo. Debemos saber manejar las circunstancias de nuestras vidas para tener oportunidad de abrigarnos en la larga noche de invierno. Hay un libre albedrío de evolución para triunfar sin limitaciones, pero, se debe vigilar el azúcar y la harina que consumimos porque es una fase de esa fatalidad, el organismo humano debe ser resguardado
Somos colonizadores y colonizados. Somos un capital de sorpresas, ocupamos un espacio de especulaciones sobrenaturales, donde, nos sentimos extraños porque nos desenvolvemos entre besitos y besitos, abrazos y abrazos, mientras la mente no termina por absorber la libertad que tanto deseamos y a pesar de que suenan los timbres de alerta, siempre seremos unas figuras pintorescas entre la fogosidad de una mujer bella y la sagacidad de un manipulador. O somos viejos o chamos. Pero, la verdad que seremos verdaderos anfitriones de la vida.
Estamos en un mundo de imágenes con delirios heroicos, donde algunas veces tenemos poca audiencia porque subimos al último vagón del metro de Valencia, porque es el único que nos da una sensación de continuidad, ya que tiene cuatro años paralizado. Este mundo es de carcajadas, azucares y harinas. Un colectivo que ve en los dulces y pastelitos, la única vía de huir de una realidad que nos lleva a ciegas al último destino, el sarcófago. La verdad, los humanos somos historia., descubramos nuestra verdad levantémonos de madrugada y tendremos en cuenta el pasado y las figuras que en ella se mueven. La realidad, somos sonámbulos.
Urosa le incumplió a Valencia, ahora a Venezuela.
Hay que revisar la Ley de Cultos en el país, no se justifica los convenios del Estado con las diferentes cofradías religiosas que hacen vida en el país, tampoco se justifica el uso de La Biblia y la Bandera Tricolor y sus ochos estrellas cada vez que se origina una invasión de tierras. Ni la Teología de La Liberación y Jesucristo toleran tremenda aberración espiritual. Muchos menos, el Estado esta obligado a financiar la estructura del clero eclesiástico y las distintas organizaciones protestante que hacen vida pública en el país.
Desde hace años, las instituciones eclesiásticas avivan el activismo político, acorde con intereses particulares y beneficios económicos. El evangelio como Palabra Viva esta fuera de su contexto geopolítico, solo buscan reproducir argumentos románicos que adversan el mundo espiritual del hombre y el humanismo como nuevo trazo natural en éste siglo XXI.
Jesús, estuvo siempre dispuesto a predicar las predicciones espirituales en un solo sentido y dirección. Todo, es muy claro en cuanto al mundo doctrinal. El apóstol Pablo llevo el nuevo mensaje litúrgico a los gentiles porque ese argumento sensible para el alma fue llevado en su forma primaria al pueblo judío, quien de una manera déspota relego a un segundo plano la doctrina de la Iglesia revelada en el antiguo testamento.
La jerarquía eclesiástica en el Siglo II de nuestra era puso en ascuas los postulados de una cofradía religiosa que se fue conformando hasta el Siglo IV, cuando nace el romanismo y como punta de lanza proyecta un elipsis espiritual denominado catolicismo. Por lo tanto, los curas no son los embajadores de Cristo y los invasores protestantes no son salvos por Cristo, ya que propician en escala el delito, donde en realidad conviven como factores de una organización política de derecha.
Lo espiritual es de conciencia y activismo. Pretender descalificar al pueblo católico romano es inviable. Pero, hasta donde se ha proyectado el pecado en el hombre porque en vez de arengas espirituales desde el púlpito, solo hemos escuchado expresiones políticas. Sabemos que existe una descomposición social y una lucha de clases, pero, como vamos a homogenizar estas dos fuentes. Solo el trabajo con el pueblo se puede lograr de una manera acertada y confiable.
El amor humano como espiritual en todas sus formas y concepciones, ocupan un puesto destacado en la literatura y el arte. La primera condición del sacerdote, artista y escritor es saber distinguir modos diversos de la realidad y darle el tratamiento adecuado al problema humano. El que sabe discernir, selecciona el modo de realidad más adecuado a su verdad. Todo, debe girar en un contexto, recibir la Palabra de Vida, ella es quien abriga nuestros sentimientos dispares y nos lleva a tomar un camino emergente, es compartir la propia posición en una fortaleza. Los sacerdotes y la oposición están en el mismo trazo ideológico, se han olvidado del pueblo y de la patria, no reflejan esa realidad que tanto anhelamos una mayoría de venezolanos.
La Isabelica. Valencia.
Edo Carabobo. Venezuela
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