Sin querer faltarle el respeto al Comandante Chávez, escribí en estas mismas páginas de Aporrea, que había pecado de ingenuo cuando de nuevo, en su calidad de líder de la revolución bolivariana les tendió una mano a los integrantes de la oposición, un llamado a encontrarnos, a debatir, a asumir una verdadera política, con ética, a sentirnos como adversarios más no como enemigos.
Hasta algunos representantes de la bancada revolucionaria, también creyeron honestamente en que los integrantes de lo que ya algunos ni consideran grupo opositor, acabarían por entender el esfuerzo que se adelanta con la revolución bolivariana para resarcir los grandes daños hechos por los representantes de la democracia participativa al pueblo venezolano.
¿Vieron? ¡Se los dije! ¡Se los escribí!
Esa no es la preocupación de ellos. Es más, les interesó algo menos que un pito de carnaval que el Presidente Chávez les estuviera dando explicaciones durante un tiempo de siete horas, en su memoria y cuenta.
¿Vieron? ¡Se los dije! ¡Se los escribí!
Ese grupete opositor nada tiene que ver con la evolución de una democracia ni nada por el estilo. Lo de ellos siempre ha sido el poder en función de la dominación, del control de la mayoría y el de perseverar en el tiempo la servidumbre de los demás.
¿Vieron? ¡Se los dije! ¡Se los escribí!
Esos sujetos que dicen representar a quienes no están de acuerdo con la revolución, valga citar, a la oposición, por cierto, sometida a una sarta de mentiras y un alto nivel de desquiciamiento, son gente muy individual a quienes solo les interesa el dinero, los bienes y el control del poder político y como es de esperarse, le tiran tres trompetillas a la Asamblea Nacional y a lo que ella significa.
De la Asamblea Nacional lo único que les importa es que le cancelen el sueldo, porque el complemente les viene desde el norte.
¿Vieron? ¡Se los dije! ¡Se los escribí!
Se peca de ingenuidad porque se piensa que ellos estuvieron pelando económicamente mientras estuvieron fuera de la Asamblea Nacional; ¡Mentira! Los dólares –enviados desde el norte- giraron siempre en los bolsillos de muchos de los integrantes de esa bancada, porque de lo contrario, ¿Cómo explicar que han estado viviendo sin sudar, sin trabajar unos cinco años?
¿Vieron? ¡Se los dije! ¡Se los escribí!
Ellos son como el grupete de técnicos que intentaron arruinar a PDVSA, que participaron en el golpe y que luego se escaparon. Muchos de ellos son quienes han estado en la perforación de petróleo en Colombia y que lo han hallado para beneficio del hermano país, pero siempre con tras la búsqueda del dinero. Es posible que hasta hayan intervenido en la privatización de parte del petróleo colombiano a manos de alguna transnacional de la Corporación USA.
