¿Cuál victoria?

El proceso electoral que celebró este domingo la derecha venezolana para elegir al candidato que enfrentará a Hugo Chávez en las elecciones presidenciales del 7 de octubre de este año, deja motivos para celebrar y reflexionar a los dos que hoy constituyen el espectro político venezolano. Un análisis global de los resultados numéricos arroja luz sobre las consideraciones y previsiones que hay que tener con miras a los comicios de octubre.

Lo primero que hay que decir es que la derecha, apoyada en los mecanismos del Estado democrático y de Derecho que hay en Venezuela (Consejo Nacional Electoral y el Plan República), utilizó el mecanismo del voto para elegir a su candidato presidencial. Eso tenemos que celebrarlo ya que se le demostró a la oposición ante el mundo que aquí funciona el sistema democrático.

Lo que demuestra que Hugo Chávez Frías y el tren de gobierno al experimentar el ejercicio democrático se alejan de los caminos de la violencia y quedan comprometidos con la vía democrática para los comicios venideros. Cuestión que oposición no ha hecho y juega a la guarimba y al golpe de Estado. Ya que no ha dicho aun si reconoce o no los resultados del 7 de octubre.

Con los resultados del domingo pasado se le vio la cara al oponente de Chávez y del pueblo venezolano. El candidato ganador representa los más altos intereses económicos del capitalismo. Resultados que despertó dudas ante el pueblo en general, con números que no cuadran ante la lógica matemática y donde la oposición si tienen moral deben explicar por qué no permitieron al CNE dar los resultados finales, las razones por las cuales quemaron los cuadernos electorales y los tiempos posibles para que la votación se acercara a los 3 millones.

Pero también debe reflexionar sobre los resultados: en el proceso comicial participó cerca de 16% del padrón electoral venezolano, es decir, cerca de 3 millones de votantes.

Las cifras del Consejo Nacional Electoral sitúan el registro electoral en unos 18 millones de venezolanos, para octubre.

Los resultados de estas primarias, en números absolutos, son inferiores en 1 millón 500 mil votos a la mejor cifra obtenida por la derecha (4.539.494) cuando negó la Enmienda Constitucional en el referendo de 2007 (Bloque B), y 1 millón 292 mil 466 votos menos que los obtenidos en las presidenciales de 2006, cuando Manuel Rosales, su candidato, logró 4.292.466 votos.

La cifra de votantes este domingo, en el proceso para escoger algo tan importante como es el candidato presidencial, es 33,9% inferior a la alcanzada en 2007, cuando se fue a dirimir una enmienda constitucional. Y es 30% menor que la alcanzada por su candidato Rosales, en las elecciones presidenciales de 2006.

Del lado de la Revolución Bolivariana debemos reflexionar cómo definimos nuestro mensaje para entendernos con un amplio sector de la clase media que aún vota por la derecha y permanece reacio a la intención y propósitos de este proceso, que ha recuperado la independencia plena de la patria, ha mejorado la calidad de vida de los venezolanos y ha profundizado la verdadera democracia. No podemos con esto caer en el triunfalismo, muy por el contrario trabajar arduamente en todos los rincones de nuestra geografía venezolana para asegurar el triunfo de Hugo Chavez Frias el 7 de octubre y seguir avanzando en la construcción del socialismo. El PSUV está en la calle con los programas sociales del gobierno nacional ha venido implementando para eliminar la desigualdad social en aquellos casos donde persiste. Además está haciendo lo que está en las líneas estratégicas de pasar de ser una maquinaria electoral y tratar de involucrarse con los problemas más sentidos del Pueblo.

elzamorano2005@gmail.com


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Enrique Paredes


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