Me llamó mucho la atención escuchar a Kico Bautista muy molesto con Rafael Poleo debido a unas declaraciones de éste señalando que la candidatura de Capriles no estaba pegando. La molestia de Kico radicaba en el hecho de que las declaraciones de Poleo ayudaban al enemigo. Me sorprendió esa actitud contra la libertad de expresión de Poleo simplemente porque políticamente no era conveniente. Esto es algo que la oposición critica del gobierno y el PSUV, el esconder la basura debajo de la cama para no ayudar a la contrarrevolución.
En verdad yo pienso que Poleo tiene razón y la oposición no termina de pegar con su discurso y su candidato. Una prueba de esto es el ofrecimiento de sacar una ley para las misiones. Esta es una demostración clara que en términos de política social la oposición y su candidato no tienen mucho que ofrecer. Y el gobierno ya respondió, con la propuesta de incorporar las misiones a la Constitución, lo que deja sin piso el ofrecimiento de Capriles. Por otra parte, dudo mucho que sacar una ley de misiones fuera algo que pudiera motivar a los electores de las clases populares en favor del candidato de oposición, con ley o sin ley, las misiones son un hecho y un capital político del gobierno.
Siempre he señalado que Capriles Radonsky es el candidato ideal de la clase media y de la clase alta, es una persona que tiene identificación clara con dichos estratos, pero que pueda identificarse con los pobres de los cerros es otro cantar. Obviamente, Chávez por su procedencia se identifica fácilmente con los pobres, y éstos a su vez lo ven como uno de ellos. En este sentido, yo opinaba que un mejor candidato habría sido Pablo Pérez, un Pérez suena más popular que un Capriles sin duda alguna.
Quienes hayan leído mis artículos saben que tengo serias discrepancias con el modelo de socialismo que se quiere instaurar, sobre todo, si éste se asemeja al del siglo XX. Mis quejas están dirigidas al modelo productivo que se quiere implantar, que a mi juicio hasta ahora ha sido un fracaso, y que copia algunos aspectos del socialismo del siglo XX que a mi entender lo llevaron al fracaso. Sin embargo, mis observaciones respecto de la economía difícilmente pueden convertirse en argumentos que muevan a la población de los sectores populares. Son argumentos que tienen mucho de académico y un elevado grado de abstracción.
Para la gente de los barrios tener un barrio adentro cerca, un mercal, un pdval, becas, pensiones, posibilidad de estudio en una misión, son elementos reales, tangibles que constituyen un factor importante para votar a favor del gobierno. Para estas personas argumentos del tipo usados por la oposición, como que está aumentando el nivel de endeudamiento del país, o que estamos importando demasiado, o que no vienen inversiones extranjeras, entre otros, los deja totalmente indiferentes. Estos son argumentos que no encajan en su día a día.
El tema de la inseguridad que enarbola Capriles, es una prioridad de las clases media y alta, pero no parece serlo en los niveles más pobres. La gente de las barriadas de Venezuela está acostumbrada a la violencia desde hace muchos años, sin duda les afecta, pero su prioridad es en primer lugar comer, en segundo lugar, un techo donde cobijarse, y por supuesto, la salud. En cambio, las clases medias y altas tienen más o menos asegurada la alimentación, el techo y la salud.
Que toda la política social del gobierno esté cimentada en la renta petrolera, y no salga de la capacidad productiva del país poco importa a quienes se ven beneficiados por dicha política, no importa de donde salgan los reales mientras éstos les lleguen continuamente. La población venezolana se ha acostumbrado a pensar que el petróleo durará por siempre, o al menos, que durará mientras estemos vivos, lo que pase después de nuestra muerte nos importa muy poco. Aquí nadie piensa verdaderamente en el largo plazo, la mente del venezolano es cortoplacista por excelencia. Por lo tanto, el argumento que he escuchado en boca de muchos opositores, que se está hipotecando el futuro del país y se les está dejando una deuda inmensa a las generaciones futuras no le quita el sueño a nadie.
Tampoco las acusaciones de corrupción y de la creación de una boliburguesía creo que muevan al electorado hacia el redil de Capriles, después de todo, la corrupción no la inventó este gobierno, y también el venezolano se ha acostumbrado a la misma, forma parte del paisaje, en todos los gobiernos roban, simplemente los personajes cambian.
Además, hay que señalar que las propuestas de Capriles lucen generales, pero no he visto el como se lograrán en concreto. Por ejemplo, la creación de 3 millones de empleos con sueldos dignos. A cualquiera que tenga dos dedos de frente esto le tiene que parecer muy demagógico, esto no se puede lograr en el corto plazo y si multiplicamos la inversión para la creación de un empleo veremos la cifra exorbitante requerida. Aunque Capriles sea presidente, eso no implicará que los capitales extranjeros fluirán a Venezuela inundándola de dólares, ni tampoco significará que los empresarios venezolanos repatrien sus capitales, ni que salgan a invertir a diestra y siniestra con sus capitales internos.
Con respecto a la seguridad, por lo que he leído, no veo nada novedoso, creo que ha señalado algunos puntos como reforma policial, reforma judicial, solución del problema penitenciario. Como dije antes puras generalidades, y mucho refrito, ya son muchos los que han prometido resolver el problema de la inseguridad y las cárceles, desde uno que prometió “plomo al hampa” hasta unos come flores que con amor arreglan el problema. La cuestión es que ponerle coto al problema tiene un costo político y puede ser elevado, y a la hora de la verdad, los gobernantes de turno sacan sus cuentas en términos políticos y deciden poner pañitos calientes. Ahora Capriles no saca esas cuentas, pero si llega a Miraflores las sacará con toda seguridad.
¿Tiene Capriles la culpa de que la campaña no termine de agarrar vuelo? En parte sí, a mi modo de ver no tiene el carisma suficiente, no transmite toda la pasión que se necesita, y para colmo de males, se enfrenta a un monstruo en términos de carisma y capacidad de comunicación afectiva con los pobres de esta tierra.
Sin embargo, por otro lado, pienso que cualquiera que fuera el candidato de la oposición enfrentaría la misma cuesta empinada. Muy poco que ofrecer por no decir nada frente a lo que Chávez ofrece. Por ejemplo, en términos de vivienda la oposición no ofrece nada, porque ya ese terreno lo tiene controlado Chávez. Se podrá argumentar que las cifras que da el gobierno de las viviendas construidas están infladas, lo que considero muy factible, pero yo al menos veo varias construcciones en la Av. Libertador al ir y venir de mi trabajo. Y así en todo lo que sea política social, Chávez ya tiene un camino andado, y tiene los recursos como para poner a funcionar las misiones a todo vapor hasta el día de las elecciones.
Por todo lo anterior, pienso que sólo un cataclismo en las filas del chavismo puede llevar a Capriles a la Presidencia, sin embargo, estemos conscientes que últimamente ha estado temblando mucho en todo el mundo, y quien sabe si a Venezuela le toca un movimiento telúrico en lo político. Hay muchas nubes en el horizonte y lo mejor es no meterse a pitoniso.