La demagogia es el camino del candidato golpista-opositor. Oculta en su discurso la verdadera razón de su intención de ser presidente de este país. Pinocho se quedó pendejo con este candidato. Este candidato no tiene el menor signo de descaro para utilizar la mentira en sus discursos y acciones proselitista. No le importa un carajo, dijera Santroz. Miente, se le descubre la mentira, pero sin pudor alguno sigue mintiendo.
Nunca antes en la historia de Venezuela habíamos visto un candidato presidencial que utilizara tanto el engaño como arma electoral. Quizás esto no se veía desde la época de los espejitos de los españoles. El golpista candidato opositor falsea la realidad, oculta los hechos, forja documentos, promete cosas que todo mundo sabe que son incumplibles. Todos los días, a cada rato, se observa su estilo demagogo. Promete cosas astronómicas como la creación en un solo pestañazos de 3 millones de empleos (en un país donde el desempleo no llega a los dos millones y medio) y la ejecución de 22 mil obras en los primeros 100 días de su supuesto gobierno. Es decir, que el día que tome el poder debe inaugurar 220 obras o al menos debe mantener un promedio diario de 220 obras para poder alcanzar su meta.
Él compite, aunque con sobradas ventajas, con las demagógicas promesas del ex candidato opositor Rosales de depositar a la gente dinero proveniente directamente de la renta petrolera (con la tarjeta Mi Negra) o con la candidata opositora Sequera quien promete un millón de dólares a cada habitante de este país para erradicar la pobreza y la violencia. Tal vez el máximo paroxismo en el nivel de descaro de este mentiroso candidato lo alcanzó al negar que firmó el documento de la MUD; donde se plantea eliminar todos los beneficios sociales que está recibiendo la población venezolana en estos momentos. Su ímpetu demagogo le impide aceptar la denuncia al respecto hecha por dos reconocidos políticos, dirigentes de la propia MUD.
Con el mayor cinismo del mundo predica en sus mítines que él no tiene ningún paquete neoriberal, que alguien forjó el documento. Que sus propuestas no son neoliberales. No solo promete falsamente que mantendrá las misiones, sino que afinca aún más sus falacias al asegurar que creará nuevas misiones. Demagogia pura. Miente cuando dice que este gobierno no ha hecho absolutamente nada por el pueblo. Hace uso de la demagogia cuando visita un barrio, un rancho y abraza y besa a una persona pobre; pues sabemos de su origen burgués, al cual se debe y por el cual está rogando llegar a la presidencia.
Aplica la demagogia cuando promete ser lo nuevo para el país, cuando todos sabemos que fue político activo de la IV República y que representa los tradicionales partidos de la derecha venezolana AD y COPEI. Engaña al pueblo cuando señala tener las formulas mágicas para erradicar el flagelo de la violencia, cuando el estado que él gobernó hasta hace muy poco tiene uno de los índices de violencia más altos del país.
Engaña cuando dice que unirá a los venezolanos, que no habrá despidos en la administración pública, que traerá la calma al país, que habrá conciliación y reconocimiento del otro, pues sus acciones durante el golpe de Estado en 2002 demuestran lo contrario, donde, por ejemplo, violó la soberanía de otro país al ingresar por la fuerza en la embajada cubana y participó en la persecución de aquellos que apoyaban al gobierno nacional. Por cierto, mintió sobre su verdadera intención al violentar dicha embajada. Más recientemente el tratamiento despótico contra dos ex miembros de la MUD, por no compartir su perverso plan de gobierno, son claro ejemplo de ello.
Como todo, los demagogos y mentirosos a veces tienen un relativo éxito y consiguen sus incautos. Por eso vemos en los actos políticos a la gente levantando los brazos y celebrando las demagógicas palabras del golpista candidato. Pero hay quienes oportunamente han visto la realidad detrás de la MUD y del verdadero camino por donde los están llevando. Así De Lima y William Ojeda oportunamente despertaron y están denunciando, alertando a los seguidores de la MUD de las ocultas y verdaderas malas intenciones de su candidato presidencial. Dos sinónimos de demagogo: charlatán y embaucador.
Profesor Titular, ULA.
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