El caso Juan Carlos Caldera y AMUAY:

Una gran diferencia

Lo que pasó con Juan Carlos Caldera me lleva a la reflexión. Sobre todo la respuesta de su amigo (¿?) candidato presidencial de la MUD.

Recuerdo haber notado por primera vez al diputado en la ocasión del Informe presidencial a la Asamblea Nacional en enero 2011. El Presidente Chávez intentaba, con sus gestos, palabras, anécdotas, un acercamiento con los nuevos recién elegidos diputados de la oposición. Pedía entendimiento, respeto, ética en el discurso. Pedía una oposición seria, alejada de golpes de estado, de guarimbas: una oposición de altura.

Mientras observaba estos esfuerzos, a la vez las cámaras enfocaban a estos diputados: caras serias, gestos soberbios, evitando la mirada. Gestualidad que respondía claramente que no, que el Presidente no contaría con ellos, que nunca se sentarían a trabajar mancomunadamente por el bien del país.

El único diputado de ese grupo que mantuvo una actitud distinta, de cordial anfitrión, mas no de lacayo, fue Juan Carlos Caldera. Por eso, y sólo por eso, lo noté, por diferenciarse del grupo, y hasta  intercambió unas palabras con el Presidente Chávez. Fue criticado por la oposición, cual altanera y soberbia, no entiende las manifestaciones de la calidad humana, al menos en el ámbito político.

Ahora, en plena recta final de la campaña electoral, cuando los ánimos están caldeados y se siente el nerviosismo en el ambiente, ocurren dos hechos significativos que sacudieron a cada uno de los principales candidatos. La explosión de AMUAY, desastre doloroso que fue abordado en forma pulcra y dedicada por el Presidente y por su gobierno, mientras la oposición pedía a diestra y siniestra un chivo expiatorio. Hugo Chávez defendió con lealtad, con autoridad, y por honor a la verdad, al Ministro Ramírez. A pesar de la conveniencia de proteger su candidatura desligándose de la responsabilidad del hecho.

En el caso del candidato de la MUD y Juan Carlos Caldera, la respuesta fue muy diferente. Expulsado de toda actividad política, arrojado al escarnio público, expulsado de la actual campaña, de las próximas elecciones a la Alcadía de Sucre donde incluso venezolanos manifestaron en las primarias su preferencia por este candidato. Por conveniencia, Capriles se desligó inmediatamente del hecho, de una persona que trabajó mucho por su candidatura. El candidato de la MUD no demostró ningún asomo de lealtad.

Existe una gran diferencia entre ambos candidatos presidenciales, más allá de las obvias implícitas en sus programas de gobierno. La gran calidad humana que siempre nos muestra el Presidente Chávez, nos asegura un próximo Presidente digno, leal con su país, con todos nosotros venezolanos. Un presidente confiable.



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Flavia Riggione

Profesora e investigadora (J) Titular de la UCV.

 flaviariggione@hotmail.com

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