Necesario resulta que las venezolanas y los venezolanos que mayoritariamente acudimos a ejercer nuestro derecho en el marco del histórico evento del pasado 07 de Octubre, signado por el mayor porcentaje de participación de electores, hagamos una profunda reflexión sobre los resultados anunciados por el CNE, que le confieren al Comandante presidente Chávez la responsabilidad de conducir los destinos de la nación durante el periodo constitucional 2013-2019.
Durante las últimas semanas, por distintas vías, observamos al ex candidato de la derecha evadir deliberadamente la pregunta sobre si reconocería los resultados de la consulta electoral, aun si estos le resultaran adversos, así como la aparición de locas encuestas que daban como ganadora la opción del referido candidato.
Sin embargo, minutos después de que el árbitro electoral anunciara el primer resultado parcial, y desde el comando Carabobo el propio Capriles Radonsky en medio del lenguaje difuso que lo caracterizó durante su campaña, aceptaba su derrota, vimos como a través de las redes sociales, mensajerías de texto y otros medios se desató una avalancha de reacciones cargadas de odio y desprecio hacia la expresión mayoritaria que favoreció la propuesta bolivariana por parte de quienes no terminan de entender ni mucho menos aceptar la regla de oro de la democracia, gracias en buena parte, a los mensajes que desde las propias vocerías de la llamada MUD con el apoyo de la canalla mediática, se desplegaron a lo largo de los últimos meses.
Desde el balcón del pueblo el Presidente Chávez reconoció a los más de seis millones de electores que votaron en contra del proyecto socialista bolivariano, los hechos son los hechos, y esa es una realidad irrefutable, llamándolos a salir de ese estado de negación permanente, e invitándoles al diálogo, al debate y a sumarse al trabajo conjunto.
Seria “todo un detalle de urbanidad”, parafraseando a Serrat, que quienes apoyaron al ex candidato de la derecha y toda la dirigencia opositora reconozcan públicamente y sin cortapisas a los más de ocho millones de bolivarianos que consecuentemente ratificaron su voluntad inquebrantable de brindarle su apoyo al Comandante Chávez.
Ello podría ser el inicio de lo que resultará una tarea sumamente exigente pero necesaria, que bajo el liderazgo de Chávez y una buena dosis de voluntad política, se estimule un proceso de distensión y diálogo entre los venezolanos y venezolanas, en especial identificando puntos de encuentro en áreas especificas de la vida nacional que son del interés de todas y todos, aunque haya sectores sordos al clamor de las mayorías y ciegos ante los hechos irrefutables, como lo fue el histórico resultado de las elecciones del pasado domingo 07 de Octubre.
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