La jornada electoral de este domingo 8 de diciembre fue una verdadera lección de civismo irradiada, de nuevo, por nuestro pueblo al mundo entero. No hubo sabotaje económico ni energético que frustrara la decisión soberana de electores y electoras de acudir a los centros de sufragio para expresar su voluntad. Que la abstención aparece con importantes números es cierto, pero históricamente esa ha sido una inquietante realidad cuya raíz debe ser analizada por quienes están llamados a hacerlo para aplicar los correctivos a que haya lugar. Dicen algunos, que no se trata de un fenómeno exclusivamente criollo cuando de materia municipal hablamos. O sea, no debemos condenarnos por ello.
Como esencialmente destacable de la cita dominguera tenemos otro elemento que por nada del mundo debe ser marginado a la hora del balance: la pureza del sistema electoral. Sí, leyó bien: pureza. ¿O acaso debemos llamarle de otra manera a las cifras emitidas por el Consejo Nacional Electoral en voz de su presidenta Tibisay Lucena, que deja a la oposición el control de ciertas plazas? Sencillamente, las ganaron y ya.
¿Qué es doloroso no haber conquistado algunos espacios y haber perdido otros? Lo es, pero desde Nicolás Maduro hacia abajo se ha demostrado un talante democrático de altura incapaz –por nada del mundo- de llamar a drenar arrechera alguna en nuestras calles y ciudades como pasó en abril cuando la soberbia y la inmadurez salieron a flote en el candidato perdedor, con su aún muy lamentable de pérdida de vidas inocentes cuyas almas y familias siguen clamando justicia.
“Excelente labor una vez más de nuestro CNE, del cual reconozco sus resultados por lo transparente, seguro y confiable”, reseñó Antonio Álvarez, a través de su cuenta Twitter. “Acepto el resultado y felicito al CNE”, expresó, por la misma vía, Miguel Pérez Pirela.
¿Qué hará ahora Caprichito? La respuesta pudo haberla dado Maduro desde Plaza Bolívar el domingo en la noche: “Yo espero que aprenda de humildad, le dé la cara al país y renuncie a la dirección política de la MUD”.
¡Chávez vive…la lucha sigue!