Un día antes de las elecciones municipales, María Corina Machado es la principal protagonista de la prensa española. En el ABC de Ludmila Vinogradoff la entrevistan y presentan como una diputada «que se ha abierto camino en una Venezuela donde reina el miedo y la inseguridad». Según Vinogradoff, Machado pertenece a los diputados (casualmente todos de la oposición) que «actúan para defender los derechos humanos y la soberanía nacional».
Machado asegura «es impresionante el rechazo popular que está teniendo Maduro», aunque los resultados electorales del 9/12/13 contradigan eso, sin contar con la obviedad que significa que el rechazo a Maduro no significa la aceptación de Capriles, de Machado o de la oposición.
La oposición venezolana lleva años repitiendo «¿Cómo se atreve Maduro (o Chávez) a pronunciar la palabra soberanía y entregar nuestro territorio a los cubanos y grupos irregulares colombianos?. Otro ejemplo es la entrega de nuestro Esequibo a Guyana. Hemos denunciado al Gobierno de Maduro por traición a la patria y vamos a un proceso electoral donde vemos el mayor abuso y trampa institucional en toda su historia republicana.»
Es curioso que María Corina Machado hable de soberanía, mientras ella y la oposición reciben financiación del Gobierno estadounidense bajo el parapeto de ONGs. Tampoco tuvo pudor en ir a fotografiarse en la Casa Blanca con uno de los presidentes de Estados Unidos más sanguinario ni en mandar a sus hijos a Estados Unidos a estudiar en la universidad ¿Es esa la soberanía que ella predica?
La relación de Venezuela con Estados Unidos fue una relación leonina, mientras que con Cuba, incluso en la IV República, fue, y es, de hermandad. Responsabilizar al gobierno revolucionario de la situación de guerra civil que vive Colombia, responsabilidad de sus gobiernos oligárquicos que tanto gustan a la oposición venezolana no deja de ser una tontería y olvidarse de los más de 400.000 refugiados colombianos en territorio venezolano es criminal.
La «entrega» del Esequibo a Guyana no deja de ser un muestra más de la incultura de María Corina Machado… y esta mujer es diputada.