Latero Ilustrado vive una de sus agudas crisis de interpretación de la realidad. A gritos exige que alguien le diga dos cosas muy importantes: la primera es si, por fin, hubo o no hubo plebiscito el 8 de diciembre. Y la segunda es si la oposición -en la que milita con fe científica (así dice él, a mí no me pregunten qué es eso)-, ganó o perdió las elecciones y, en consecuencia, el tal plebiscito; o si fue que perdió ambas consultas; o si fue que ganó las elecciones pero suspendieron a última hora el plebiscito; o si fue que perdió solo las elecciones porque lo del plebiscito era en realidad, un chiste... ¡Qué enredo!
La confusión de Latero es la misma de muchos otros opositores pobres (que no siempre es lo mismo que pobres opositores, debe aclararse), quienes fueron a este proceso electoral a votar contra el ilegítimo Maduro y para ello tuvieron que vencer, primero que nada, las emociones negativas (así llama Latero, típico tecnócrata de clase media baja, a cuestiones como el asco y la vergüenza) que les producían sus candidatos a las alcaldías. Y fueron a votar contra Maduro porque su líder principal, Henrique Capriles Radonski, numerosos dirigentes y figurantes de la MUD y muchísimos analistas políticos de gran prestigio les dijeron que esto del domingo era una especie de referendo revocatorio anticipado.
Según esto, la dirigencia opositora había encontrado al fin la fórmula de la Primavera Venezolana, que consistía en dos simples pasos: ganar "el plebiscito" y echar a patadas al fraudulento impostor. El Ilustrado andaba, pues, la mañana del domingo, mostrando su meñique morado y diciéndoles a sus vecinos chavistas: "¡Recojan sus peroles porque el colombiano de que se va se va!". Incluso, llegó al extremo de imitar a Pablo Medina (un colega suyo, pero de la alta política), exclamando: "¡mañana vamos por ti, Nicolás!".
Pero llegó el momento primaveral y lo que vio Latero fue al líder máximo desdiciéndose sobre lo del plebiscito, en onda cantinflérica, con el perdón del alma de Mario Moreno: que sí fue, pero no fue porque en realidad no está en la Constitución, pero que en el fondo fue, ¿tú ves?... aunque no haya sido.
La cuestión se tornó especialmente difícil de entender porque tanto Capriles como otros dirigentes afirman que la oposición ganó el 8D. "Si ganamos, no entiendo por qué aún no hemos ido por él", dice Latero.
Desesperado, Latero ha buscado la luz en los integrantes de la Alianza de Articulistas Antichavistas (la venerable Triple A), hasta el sábado defensores a ultranza de la tesis del plebiscito y el vete ya. Pero solo ha encontrado más émulos baratones de Cantinflas. Por favor, alguien que ayude a estos pobres opositores pobres.
