Para ejercer una posición de poder, sobre todo si es por elección, hay que tener una serie de atributos y herramientas personales. No basta con ser simpático(a), tener buena cobertura mediática y asesores de imagen. No basta tampoco, el atribuirse la representación de algún sector de la vida política nacional. Para ejercer un cargo público, por más polémico que parezca, se debe también tener agallas para poner en su sitio a su misma gente, sobre todo, cuando éstos van en perjuicio de la población que está bajo su competencia. Por tanto, en caso de alteración del orden público, hay que tener en cuenta dos premisas en la conformación de la conducta de un dirigente: El carácter (diferente al temperamento) y el principio de subordinar los intereses de un grupo político o sector social minoritario a los de toda la población.
En este sentido, el municipio Chacao del Estado Miranda presenta un grave problema, pues hay una absoluta carencia de esas dos premisas en su alcalde, que ha traído como consecuencia una anarquía que afecta a hombres, mujeres y niños, donde se incurre en la violación de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (aprobada por el pueblo venezolano en 1999) y la violación de los Derechos Humanos universalmente conocidos.
Ramón Muchacho ha mostrado un temperamento pausado, pero un carácter extremadamente débil al no asumir que él es el Alcalde del municipio Chacao y no la presencia fantasmal de Leopoldo López, famoso por tener guarimbas en ese municipio en el año 2002. Pareciera aplicarse ese popular dicho que reza; “Muchacho no es gente grande”. Lo peor es que este novato alcalde, sabe que los actos vandálicos cometidos en “su” municipio no van a tumbar al Gobierno, sino por el contrario, es otra torpeza política que sume más en el fracaso a la dirigencia opositora. Sin embargo, no tiene el valor de enfrentar a los terroristas que dicen ser “manifestantes pacíficos”. Ramón Muchacho, se escuda en decir, que no está en sus competencias controlar las manifestaciones, sino que ‘eso’ es del gobierno nacional. Pero, no dice ni por equivocación, que si puede coordinar a su policía para colaborar con la Guardia y Policía Nacional Bolivariana en cuanto a información y prevención para restablecer el orden. Es que Ramón Muchacho (o carajito) no manda ni a recoger la basura con eficiencia. De paso quiere estar bien con Dios y con el Diablo, pues dice no estar de acuerdo con la violencia y después dice, para complacer a los disociados, que no cuenten con él para resolver esa situación de anarquía del municipio que él fue electo. “¿Tú eres loco Ramón?” (Expresión muy de moda y que calza perfectamente).
Para guinda del pastel, el gobernador del estado Miranda es Henrique Capriles Radonski, que es otro que intenta deslindarse de Leopoldo, Maricori y Ledezma, pero también de Aveledo, pues lo rivaliza en cuanto al poco liderazgo que le queda en su sector. Parece todo un circo cuyo espectáculo principal es la destrucción del municipio Chacao para presentarlo ante la comunidad internacional como si eso pasase en toda Venezuela. ¡Cómo se ve que no aprendieron absolutamente nada del error político cometido en el 2002! Muchacho debe entender que no puede permitir, ni aupar acciones terroristas que trae como consecuencia el desmejoramiento de la calidad de vida de su población y su propio futuro político. ¡Qué lamentable que Chacao no tenga a un verdadero adulto como Alcalde! Sino a una persona que actúa con la con la inseguridad y falta de carácter del grupo etario que menciona su apellido.
Si tuviese un poco más de visión política, el actual alcalde del municipio Chacao, tendría una postura propia al rechazar de forma contundente unas acciones sin futuro. Dejaría de lado el fantasma de Leopoldo López y con carácter, ayudaría a construir una oposición verdaderamente seria, que es necesaria en todo país e inexistente en el nuestro, pues la dirigencia opositora surgida en 1998, a través del tiempo, ha hecho quedar muy mal a sus seguidores. Si Muchacho tuviese más visión política y estuviera conectado a la realidad, se daría cuenta que la mayoría de la base opositora está en desacuerdo con esos actos vandálicos, por lo que con una postura clara se ganaría la simpatía de esa parte de la población, que sus dirigentes torpes la han sometido al ridículo por obligarlos a aplaudir sus desacertadas decisiones. Pero… ‘Muchacho no es Gente Grande’ que en este caso se traduce que el alcalde de Chacao carece de Grandeza. Ojalá algún día escuche al gran Alí Primera. La Patria es el Hombre Muchacho.
¡Hasta la Victoria Siempre!