Toda democracia necesita de una oposición científica, verdadera, fiable, ética, con valores sociales y políticos de altura. No se concibe una democracia sin una oposición firme, inteligente, propositiva, dispuesta al dialogo. Solo así, se puede construir un piso donde el ciudadano opositor se sentirá respaldado por la opción que ha elegido.
Pero que vemos hoy en Venezuela. Una oposición en constante crisis de valores o de antivalores. Nuestra oposición esta acéfala de liderazgo, y sin líderes no existe proyecto país, ni misión ni metas comunes. La oposición venezolana o por lo menos quienes la dirigen desde adentro y desde el exterior, no tiene rumbo fijo, están como esas veletas que giran hacia donde la empuja el viento. Hoy están con un lenguaje radical y de anarquismo que raya en el acabose del estado de derecho, fascismo puro. Mañana aparecen con un verbo de bajo tono, llamando al dialogo. Un día, queman la bandera de 8 estrellas y al otro, utilizan los símbolos patrios como lo han hecho con el plagio de la gorra tricolor usada por Chávez y cuya invención fue la organización política Clase Media en positivo. He visto con asombro, como un grupo de opositores realizan pintas utilizando frases del Che Guevara y Martin Luther King, personajes mundialmente conocidos como antiimperialistas. Es decir, no hay una estrategia específica de cómo atraer a los sectores chavistas que son la mayoría.
El hecho de querer imitar (gorra tricolor, lenguaje de izquierda, pensamientos antiimperialistas, etc.) al sector chavista, es de por si una demostración de falta de conducción y liderazgo. La derecha tiene sus valores y su ideología, todo el mundo la conoce. Quien es de derecha, cree en la santidad de la propiedad privada, cree en la división de clases según su estatus económico, la derecha es sectaria, individualista, cree en la igualdad de oportunidades no de condiciones, cree en la privatización de los recursos energéticos, cree en la economía de mercado, no cree en la injerencia del estado en la economía, la derecha está convencida de la competitividad y no de la cooperación como recurso para el progreso de las naciones, Cree en las acciones individuales y no colectivas, en fin esos son los preceptos de la derecha nacional y mundial.
Nuestra derecha en estos últimos 16 años, ha utilizado más el marketing político para subir en las encuestas en vez del trabajo consciente, creador, necesario para ganar voluntades a su proyecto de país (que por ahora no existe). En los últimos días, se ha destapado la olla de la discordia dentro de la MUD. Julio Borges, Capriles, Leopoldo López y Patricia Poleo se dan con todo, sobre una supuesta conspiración militar que se ha descubierto para bien de la democracia y donde ellos están involucrados. Por otra parte, Delsa Solórzano, acusa y denuncia otro complot político de algunos disidentes de Un Nuevo Tiempo (UNT), de querer implosionar esa organización, proveniente de una división interna de Acción Democrática (AD). Estos dirigentes brincaron la talanquera de UNT y fueron a parar a Primero Justicia (PJ) y a Voluntad Popular (VP). Otra opositora anda como anima en pena, nos referimos a María Machado, que exclama al mundo que Venezuela vive una dictadura, mientras ella sale y entra del país como si nada y viajando en primera clase.
Como vemos las divisiones y las descalificaciones están de moda en el entorno opositor. No sabemos porque algunos analistas políticos fijan la lupa de sus comentarios hacia el gobierno, con bastante material existente que hay del lado opositor.
Negar la crisis profunda que tiene la oposición venezolana y su implicación en la crisis venezolana, es no saber leer el contexto de fondo de la actual coyuntura política del país.
Saludos Cordiales, RAS, SXXI
