Guarimberos: un incordio

Mientras la ciudad de San Cristóbal palpita de expectación por la agenda terrorista y criminal de los guarimberos, la justicia va descubriendo y atrapando en su propia red a los sujetos extremistas que dominados por el odio son capaces de venderle el alma al diablo con tal de acabar con la revolución y destronar al camarada presidente Nicolás Maduro. Ya sus partidos aliados y sus jefes dirigentes le vendieron hasta el alma con todo y hueso al imperio norteamericano, que al fin de cuentas es quién financia y coordina todo el plan desestabilizador contra el gobierno venezolano. A través de miles de dólares entregados se van contratando a estos grupos de jóvenes, incautos por supuesto, sin pensamiento en la cabeza, con la mente entre brumas y desprovistos de racionalidad. La protesta violenta es tarifada y los guarimberos cobran.

A raíz de la expulsión de dos jóvenes venezolanos de tierras colombianas y su posterior detención por el estado venezolano, las cartas se fueron descubriendo y rápidamente aparecieron el tres de cuchillo y el cuatro de basto, cartas de baja denominación en este juego de la muerte; porque los reales y verdaderos asesinos de cuello blanco, verde y amarillo, están detrás de esas fachadas partidistas, quienes son los que cobran los dólares para apertrechar a estos niños de pecho, les compran chucherías y los envían como carne de cañón a incendiar autobuses, edificios y sedes de organismos e instituciones del Estado, mientras ellos como unos cobardes se ocultan como los reptiles. Luego, cuando la justicia actúa son estos jóvenes los que al ser juzgados y condenados se llevan el premio de mayor peso de la justicia. Tal vez con una elevada torpeza irreparable, en algún momento los guarimberos se creen unos héroes de la resistencia, cuando en realidad más bien serian un incordio para la sociedad venezolana, que los rechaza de todo corazón. Hay que atrapar a los asesinos opositores.

Así, abrazados en la penumbra de los abismos comienzan a caminar agachaditos por las encrucijadas de la derrota y con ojos de ultratumba van dragando el terreno, quizás como cavando su propia tumba. Porque para nadie es un secreto que con cada acción terrorista de los guarimberos, con cada acción criminal que planifican y ejecutan los grupos opositores, se hunden cada vez mas en los abismos de la mediocridad política, donde ni ellos mismos se toleran, tal como me decía en estos días una señora opositora, que están tan fastidiados de los nefastos guarimberos asesinos, que en la oposición honesta y decente ya nadie está de ánimo ni para comerse una morcilla. Dieta guarimbera.

En realidad, la violencia, la iraccionalidad perturbardora y el odio son inherentes a los guarimberos. De hecho, no saben discernir, son violentos y carecen de sentimientos nobles. Mas todavía, ese odio se profundiza en el corazón de sus mentores y jefes políticos, a quienes el odio y el rencor les cuelga en los parpados de los ojos. De allí sus miradas de desprecio hacia quienes pensamos distintos a ellos, de allí sus mil mentiras y su violencia. En su locura irracional, la opoción está arrastrando a miles de jóvenes, que como cuervos les sacarán los ojos a esos dirigentes verdes, blancos y amarillos, que hoy se esconden en los cascarones vacios de esas estructuras partidistas. Cuervos y zamuros.




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Eduardo Marapacuto


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