Llegó diciembre y nada que cae

Envuelto en la nube cristalina de la realidad llegó diciembre. Sí, con sus brisas, con sus lluvias de viento fresco y con las alegrías de la vida hoy lunes amanecimos en diciembre, mes del desborde por todos lados de entusiasmo y fe por nuestra patria. A Pesar del pesimismo y la conducta escualidonga de  los opositores al gobierno revolucionario, nuestro país sigue su rumbo por las sendas del proyecto ideopolitico que nos dejó el comandante supremo Hugo Chávez. Llegó diciembre y el tipo nada que cae.

          Otra vez nos llegó diciembre y como testimonio vivo de la verdad de los tiempos, siempre habrá diciembre, porque más nunca le arrebatarán ese mes a la familia venezolana. Todos recordamos cuando la nefasta oposición  nos clausuró la navidad a todos los venezolanos y venezolanas. Nuestros  hijos, nuestros  niños y niñas lloraban de tristeza porque los miserables opositores y otros seres humanos malvados le robaron la alegría de compartir junto a la familia ese abrazo, ese compartir el sentimiento entre los hermanos, hermanas, padres y demás invitados, diría mi amigo caramiche e perro.  Hoy es 1 de diciembre y nada que cae.

          Y por aquí, por acá, por allá vemos a la gente haciendo sus planes para ese compartir  esos momentos de familia. Aunque se encuentra uno por allí a gente negativa, que sueltan sapos y culebras por esa boca. Si vamos al banco, no falta  un jetón que empieza hablar barrabasadas. Si vamos al mercado, a la panadería, a la carnicería, siempre vamos a encontrar a un descarriado guarimbero que empiece a maldecir y arremeter contra los chavistas. Así calladito, en estos días un super  escuálido  le decía a otro plus ultra escuálido: “va a llegar diciembre y nada que cayó ese tipo”. En seguida el otro le respondió: tranquilo ese va caer pronto, porque yo soñé en estos días que guacharaco, el burro de mi compadre Miguel se había ido por un barranco. En eso mi perro salisburry gruñó de pura rabia canina, como queriéndole decir a esos señores: “oigan, no sean tan imbéciles”. Así que aquí  tienen su papel tualé.

         Y diálogos como esos abundan por todas partes, con comentarios que rayan en la mediocridad, en lo absurdo y lo ridículo. Si bien es cierto que la oposición ha fracasado en todas sus aventuras golpistas, ha venido construyendo un discurso dañino para toda la sociedad, haciéndole mucho daño, particularmente,  a los jóvenes venezolanos, quienes llegan hasta odiar a su familia y a su patria con todos sus símbolos.  Y la ciudad de San Cristóbal, lamentablemente, es un mal ejemplo, donde está naciendo la cultura de la muerte, del odio, del racismo y el paramilitarismo. Hay que estar muy pendiente con todo esto, porque partiditos de la derecha juegan y se mueven en esa tendencia.    

          Y de verdad, esa gente de la derecha amarilla, verde y blanca es tan mala, que si el Niño Jesús volviera a nacer, lo crucificarían nuevamente, tal como crucificaron los sueños y las esperanzas del pueblo durante cuarenta años. Y como llegó diciembre, ahora vemos a los niños de pecho, a los angelitos guarimberos y algunos medios de comunicación que auparon la violencia, pidiendo un juguetico para regalárselos a los niños pobres. Ahora resulta que los demonios quieren ser inocentes angelitos. Vaya que cinismo de esa gente. Por eso llegarán y pasarán miles de diciembre y la revolución no caerá.

 

 



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Eduardo Marapacuto


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