El delincuente es un artista; el policía su crítico.
Fermín Mármol León
Yo no sé matar, pero voy a aprender. Eso promete una novela llamada así, de Gustavo Ott (Monte Ávila). No quiero estudiar eso pero, mientras disfruto la novela, exploro lo publicado de la desmesura que infligieron a Liana Hergueta. No frecuento el tema, pero hoy es inevitable.
Sinopsis: Un rufián contrata a dos sicarios para matar a una mujer. Supuse profesionales glaciales, pero resultaron baratos y chapuceros. Comento con ineludible cinismo: la aturden con electricidad, bien; la violan («se nos pasó la mano» y se les muere, dijo uno), mal: un experto no se complica con un delito innecesario porque hay modos menos imprudentes para saciar la lujuria un asesino, pues el semen equivale a huella digital; salen en el Mazda de la occisa, error: puede estar solicitado; buscan dónde deshacerse del cuerpo, aturdimiento: no lo previeron y salieron a la diabla con carga tan comprometedora; aparcan cabe un contenedor de basura, imprevisión: bullen transeúntes; improvisan abandonar el carro, pésimo: los vecinos denuncian un auto que no conocen; no advierten que hay cámaras que los captan sacándose guantes quirúrgicos y tirándolos en el contenedor, sospechoso. Caen mansitos.
En un celular dejan un flujo de llamadas entre el intelectual, los autores materiales y la víctima. Otro yerro: cometen el crimen en el apartamento del principal indiciado material, donde hay sangre por doquier, incluidos ropa y calzado, que no desecharon. Literal baño de sangre. Cuchillo de pan. Por $ 5000. Y cantan todo. Nomás eso porque ni les pagaron el crimen. Solo elevaron el tope de la atrocidad política en Venezuela: Misión Terror y Caos.
Están en fotos con la dirigencia opositora. En vídeos en que convocan guarimbas. Es decir, mil torpezas, típicas de la dirigencia forajida que los contrató y negó, como a otros. Los demás sicarios saben que serán negados y se precaven. Por eso no pegan una. Malandro que se pela se jode. Es oficio de alto riesgo, no para patiquines sin burdel. Si así son en oposición ¡cómo serían en gobierno!
Es que sus jefes gringos riegan pistas igualito. Triunfan solo contra gobiernos flojos, sin fervor popular, Kirguistán, Ucrania…
Ya ves por qué aquí no podrán.