Sin algo debe estar bien claro para toda la fuerza chavista que confluye en el movimiento revolucionario y se nutre de las fuentes cristalinas del pensamiento de Hugo Chávez, es comprender y descifrar los rostros distorsionados de los enemigos, que se asoman por las rendijas del tiempo oscuro y de relámpagos que quieren imponer sobre el horizonte de la patria.
Nada de temores ni nostalgias, sino valor para asumir los retos en las mil batallas que faltan y no rendirnos ante nada. Ese debe ser el pensamiento cardinal de todo revolucionario, de todo chavista, de todos los venezolanos y venezolanas que amamos a esta patria. De allí que nuestro accionar sea siempre para construir los mecanismos de defensa y fortalecimiento de la revolución. Por tanto, hay que pulir los cañones de las ideas que permitan desarrollar acciones que garanticen la gobernabilidad y la consolidación del Estado, porque es con la disciplina, con la transparencia, con la responsabilidad ética y política, como se construye y fortalece una revolución.
Hay que asumir los retos sin piquete. Es decir, ir de frente, con todo en la resolución de los problemas, de las demandas sociales, de brindarle la mayor suma de felicidad posible al pueblo. Durante estos últimos quince años hemos visto el accionar revolucionario en todos los campos para brindarle todas las posibilidades a los sectores políticos, económicos y sociales del país. Pero a pesar de todo ese esfuerzo, los sectores opositores se empeñan terca y obstinadamente en sembrar el miedo, el caos y el terror. Por un lado, los perversos partidos políticos agrupados en la MUD, especie de crematorio, practican el juego de la muerte del Estado y del gobierno. Sus principales dirigentes más que políticos actúan como asesinos cuando mandan a asesinar a venezolanos y venezolanas. Por el otro lado, los sectores económicos, que se han planteado una absurda "guerra económica" que, al final de cuenta afecta es al pueblo. Comenzaron escondiendo los productos, una especie de acaparamiento inducido, para luego ir sacándolos, pero a precios abultados, especulativos, generando esta situación que hoy en día vivimos todos.
Precisamente, ante toda esta situación, es donde debemos asumir el compromiso de aportar toda nuestra fuerza para impedir que esos sectores miserables vuelvan a tomar el poder en Venezuela. Por eso lo digo, nada de piquetes, nada de medias tintas. De verdad, si somos revolucionarios, si somos chavistas, si somos partidarios del proyecto político que impulsa nuestro gobierno, entonces no debemos desgastar nuestras energías en pequeñas batallas. Preparémonos para lo grande, para acabar con todas esas trampas que monta la derecha.
Cada quien debe asumir sus tareas. Cada quien debe emprender acciones desde sus propias trincheras las veinticuatro hora del día. Nada de hoy si, pero mañana no. Eso es el piquete, adornar la nada, hacer creer que se está haciendo, pero en realidad es puro cuento de camino. Cambiando un poco el tema, quiero aprovechar la oportunidad y desde este espacio felicitar al grupo de profesores de la UBV, quienes asumieron el reto del doctorado de Ciencias para el Desarrollo Estratégico. Intensa, pero magnifica jornada del seminario inicial. Estamos comprometidos.