La oposición ansía ser más monárquica y colonialista que el Rey de España. Henry Ramos Allup nos urge a someternos al «Día de la Raza», concepto que ya no ondea ni aquel monarca, que más bien celebra el Día de la «Hispanidad», algo así como un Día de la Raza light, porque hicieron el tesonero hallazgo de que el concepto franquista, fascista y nazi de ‘raza’ carece de dignidad. Lo malo es que aún entienden la ‘hispanidad’ como Día de la Fuerza Armada, con exaltación de Colón y todo lo que de allí cuelga: imperialismo, es decir, saqueo, genocidio de decenas de millones de nuestros ancestros, nada menos.
Un poquito más y lanzan los gritos contrarreformistas, protofascistas y protofranquistas de «¡Santiago y cierra España!» y «¡vivan las cadenas!».
Ramos no puede entender esto, con toda su astucia y su cultura, nada desestimables.
¿Quién usa palabras como lechuguino y petimetre? Solo gente leída como Ramos. Pero repudiar la emancipación no es solo obra de mollera sino de paradigmas. Trataré de explicarme.
Aristóteles no era ni lerdo ni ignorante, pero no podía concebir que la Tierra gira alrededor del Sol. Estaba cercado por la epistemología de una praxis que no le permitían ese salto copernicano. Como su contexto de siervo no consiente a Ramos admitir que ya Venezuela es independiente de todo imperio, vamos, que no entiende ni la Batalla de Carabobo. Pero no es víctima ni inocente ni inevitable porque tiene ancestrales recursos para ello al dirigir un partido, Acción Democrática, que nació «antiimperialista y antifeudal», como rezaban sus Estatutos que, hombre leído, alguna vez le tocó silabear. El partido cuyo himno, letra de Andrés Eloy Blanco, comienza coreando: «¡Adelante a luchar, miliciano,/a la voz de la revolución!». Pero enterraron esos principios bajo rollizas lápidas de entreguismo, traición, corrupción, torturas, masacres, envilecimientos de todo jaez y de toda laya, en el entrenamiento de acarrear servicialmente el nécessaire de Blanca Ibáñez, ¿verdad, Henry? Ese es el marco epistemológico y práctico-inerte de la actual AD, la que reniega de Rómulo Gallegos y de Andrés Eloy, que ya ves como no mencionan nunca ni jamás, tanto como el diario El Nacional nunca ni jamás menciona a Miguel Otero Silva.