"…su excelencia -Pérez Jiménez- yo quisiera colaborar con usted en todo lo que pueda…"

Luis Miquilena

Aún cuando yo soy un hombre sin religión, cada vez que zarpaba, aunque hubiere sido ahí mismitico, y con el debido respeto a la Virgencita del Valle, secretamente yo me encomendaba al Dios de las aguas profundas, un dios que yo había inventado para no pasar por tan ignorante ante mis compañeros, casi todos fanáticos de mentiras, pero si a ver vamos yo prefería entonces inventar mi propia mentira, no la que otro me impusiera, y así fue siempre, sólo que ahora la mentirilla no cabe o pienso que no debe caber en mi cabeza, salvo debida excepción, puesto que para tú enamorar, por ejemplo, tú no podrías hacerlo sin mentir y de cuando en vez, quién sabe, las muchachas bonitas cincuentonas e inclusive sesentonas andan por doquier, y embustico aquí y otro embustico allá, y tal y que se yo y que si mira que ancianito tan bien plantado y que si patatín y que si patatán y etc, pero, al grano.

Mi tío Juan me regañaba y me decía más o menos así cuando yo me lanzaba al agua doquiera fuese, imprudentemente, que: "..coño carajo lo primero que un cazón va a comerte es la tripita´el culo y eso si te encuentra abombao y tiene hambre porque el cazón es fino y no come ñjfgrgrgrgvcx…" (él se refería a los tiburones, no hay que olvidar que el tiburón es un cazón).

Pero, qué vaina, han pasado los años y, afortunadamente, hasta ahora, en mi caso, sobreviví a la vorágine y estoy aquí todavía, no incólume pero sí con tal vez casi toda la posible dignidad de que tengo memoria, a cuestas.

Dignidad, dignidad, dignidad, dignidad, eso de haber conservado dignidad durante la vida le proporciona al hombre una fuerza inconmensurable, y el que no pueda decir lo mismo debería ser un coleto, y viene al caso el asunto porque quiero referirme a un traidor aleve, un sujeto que se infiltró en el movimiento revolucionario liderado por el Comandante Hugo Chávez, y en las chiquitas, aquél no vaciló en quitarse la mascareta: Luis Miqilena.

Recuerdo que Mario Silva mostró en una oportunidad, en "La Hojilla" de entonces, una carta en la que el tal Luis Miquilena, a su vez estando preso de Pérez Jiménez, le expresaba su desnudez de traidor aleve, y le decía que si esto y que si aquello, tal vez buscando indulgencias para traicionar al movimiento sindical del que él era parte y por lo que había sido prisionero, pero Mario puso en evidencia lo que el tal sujeto, Luis Miquilena, era capaz de hacer.

Confieso que yo no recuerdo datos precisos de ese evento en el que Mario desnudó al farsante Luis Miquilena, entonces, pero me he permitido indicar al menos la idea del recuerdo de esa carta reveladora de la personalidad de Miquilena.

Por años, Miqilena estuvo agazapado y al acecho y cuando el Comandante Chávez insurgió, aquél se camufló y logró ascender al plano estelar en los inicios de la revolución al lado del Comandante, a tal punto que ocupó la jefatura de la Constituyente y desde la cual, luego de aprobada la nueva Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, implementó su perverso plan.

A la sazón ya Miquilena tenía con sus asociados una empresa editora que si mal no recuerdo se llamó o se llama "Micabu", y puesto que él ostentaba el poder de decidir donde imprimir dicha constitución, no obstante, y a pesar de los filtros, él logró no sólo contratar a su propia empresa editora sino que además, y valga la vulgaridad, aprovechó modificar el texto constitucional, cambiar el espíritu de la ley, hecho por el cual debería ser sancionado y encanado pese a sus ciento y pico de años, por malandro.

Miquilena es un vulgar Malandro, y no obstante, ahora arremete en contra de Hugo Chávez Frías.

Menos mal que, por un pequeño problema, no zarpamos todavía, lo que me ha permitido saber que ese sujeto, Miquilena, anda hablando bolserías contra el Comandante Chávez.

¡No hay mal que no venga por bien!