Los misiles mediáticos y psicológicos que el imperio ha venido utilizando contra Venezuela en el marco de la guerra de IV generación, apuntan ahora directamente al corazón del Consejo Nacional Electoral en un intento desesperado por cuestionar a prior su honestidad e impedir se llegue en paz a la fecha fijada para la celebración de las elecciones parlamentarias o, en su defecto, tildarlas de fraudulentas.
No otra cosa es lo que se desprende, por ejemplo, de un editorial de el Washington Post, en el que se asegura: “ya se ha establecido el riesgo de que las elecciones del 6 de diciembre en Venezuela no sean libres ni justas”, haciéndose eco de una carta del Secretario General de la OEA Luis Almagro que, en tal sentido dirigiera a la presidenta del CNE, Tibisai Lucena.
En el mismo diario de la capital estadounidense se invita a otras naciones de la región “aplicar más presión al presidente Maduro y a estar preparados para responder con sanciones si esos comicios no son libres y justos”.
Como bien lo apuntara nuestro jefe de Estado, tan temerarias informaciones responden a un guion del imperio a la oposición venezolana a fin de que esta cree las condiciones de inestabilidad que considere pertinentes y así salirse con la suya, conscientes de que por la vía democrática electoral nada tienen que buscar ante un pueblo dispuesto a defender su revolución como sea dentro del marco constitucional.
Todo lo antes expuesto explica porque los partidos agrupados en la llamada Mesa de la Unidad Democrática (MUD) abandonaron hacer campaña electoral. Se trata de sacar la carta oculta bajo la manga en el momento oportuno para poner en práctica acciones violentas y de saboteo a los servicios públicos que les permita apoderarse del gobierno.
El momento de iniciar las acciones violentas y manipulaciones tendentes a crear el clima de inestabilidad necesaria para truncar el proceso electoral por parte de la oposición ha comenzado. No otra cosa ponen de manifiesto las temerarias acusaciones del secretario nacional de AD, Henri Ramos Allup, según las cuales, su homónimo en Alta Gracia de Orituco, Estado Guárico, Luis Manuel Díaz, fue asesinado por bandas armadas de PSUV cuando se encontraba en un acto político junto a la esposa de Leopoldo López, Lilian Tintori.
No por casualidad, de las acusaciones de Ramos Allup se hicieron eco CNN en español, el New york Times, el Washington Post, ABC de España, entre otros diarios no menos destacados de América latina, amén de los pronunciamientos que sobre el particular hicieran irresponsable-mente
A la postre el asesinato de Luis Manuel Díaz obedeció a un falso positivo de acuerdo a investigaciones adelantadas por servicios de inteligencia en los que el occiso aparecia sindicado de pertenecer a bandas delictivas que de acuerdo a declaraciones del gobernador de Guárico, Ramón Rodríguez Chacín, su asesinato habría respondido al acto de un sicario, independientemente de que figurara como integrante del cuerpo de seguridad de la señora Tintori.
Si bien es cierto que los misiles mediáticos y psicológicos utilizados contra Venezuela son los mismos que lograron en Argentina el triunfo electoral de la oposición lo cual para el imperio y sus lacayos es un presagio de lo que ocurrirá en la patria de Bolívar, resulta que Venezuela no es Argentina ni el tango se baila igual que el joropo.
Por otra parte, el hecho de que no pasaran 24 horas sin que el presidente electo de ese país Mauricio Macri, asomara lo que será su política en el ámbito internacional al anticiparse a pedir que Venezuela sea sacada de UNASUR y se le aplique la carta democrática; consiguiendo de inmediato que el PSUV, las calificara de amenaza contra una nación suramericana y que igualmente presidentes como el de la República Dominicana y de Ecuador no vacilaran en condenarlas por injerencias.
Pese a que ya las cartas de la oposición venezolana están echadas para impedir el triunfo electoral del chavismo contando con una acción directa del imperio, de todas maneras, a la hora de la verdad, tanto la MUD como el imperio se quedaran con lo crespos hechos porque nuestro pueblo ni se compra ni se vende.