"La historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases. Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales, en una palabra: opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante, velada algunas veces, y otras franca y abierta; lucha que terminó siempre con la transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases en pugnas"... "La moderna sociedad burguesa, que ha salido de entre las ruinas de la sociedad feudal, no ha abolido las contradicciones de clase. Únicamente, ha sustituido las viejas clases, las viejas condiciones de opresión, las viejas formas de lucha por otras nuevas.
Nuestra época, la época de la burguesía se distingue, se distingue, sin embargo, por haber simplificado las contradicciones de clase. Toda la sociedad va dividiéndose, cada vez más, en dos campos enemigos, en dos grandes clases, que se enfrentan directamente: la burguesía y el proletariado". (Manifiesto comunista)
En este momento de crisis, de verdadera crisis ideológica y política, por razones económicas, con armas económicas y en crisis económica, se está librando una confrontación de intereses de clases, que pareciera, pierde de momento el proletariado, consciente. Nuestro proletariado está representado, en el campo de lucha, por el pueblo chavista, educado por el comandante en la conciencia del deber social. Y se encuentra de manos atadas. Porque un gobierno socialdemócrata, porque el reformismo que tanto detestó Chávez ahora mismo colabora con el capitalismo y a la vez trata de disimularlo, junto a sus intereses auténticos de restauración capitalista, con otros actores distintos, pero capitalista igual.
Pero se les nota. Eso del disimulo es un drama constante en la historia política de la revolución pos chavista. Lo hemos visto a diario de lunes a lunes en televisión, en prensa, en internet y en las llamadas "redes sociales". Pero se les ve el bojote.
Sin embargo esta lucha exasperada se da y se siente en la intensidad y frecuencia de los ataques de la derecha en la calle, en los mercados, en televisión, prensa y en las redes sociales. Está dejando detrás el drama pendejo de la Carta, Almagro, Allup, la cual fue una táctica más de los golpistas pero que sirvió como bomba de humo distractora lanzada por la derecha interna en el gobierno. Pero en el terreno de lo vivo, en la calle, en el día a día, la lucha expone a carne viva los verdaderos bandos enfrentados, distanciando por el momento, por el momento de la crisis, las dos verdadera posiciones ideológicas en pugnas ("en nuestra época burguesa...").
La ideología burguesa y la clase media.
La clase media, que equivale a hablar de la consciencia pequeñoburguesa apostada en su mediano espíritu (esta mala conciencia suele disolverse en la sociedad burguesa como si fuera una clase que no es clase, se deja ver como la señorita "Norma Social", hechicera ideológica que ejerce a favor de la dominación burguesa), bajo el efecto físico del hambre y de las insatisfacciones pequeñoburguesas, combinadas con otras necesidades muy serias y vitales, ahora se mueve hacia abajó, se desespera pero cae.
Sin embargo, como un animal amenazado en su propia vida y libertad, amarrado y pasando hambre, puede llegar a ser el caldo para cualquier sopa de violencia. Sopita para el fascismo.
La mentira en donde vive su conciencia prestada se exacerba y se descarga contra el socialismo, sin poder ver y entender que es una lucha de clases la que se libra. "Este maldito socialismo es lo que nos tiene pasando hambre y pobreza"… "¿Por qué el gobierno se roba los dólares, en vez de ayudar a la empresa privada, a la Polar?" –dicen. La clase media piensa siempre al revés. A menos que la muerte aparezca, no se dará cuenta, que son esos, esos modelos de vida, sus genuinos enemigos de clase y verdugos personales, cuando llegue la hora de la verdad.
Si tú crees que no perteneces a ninguna clase y te igualas a tu patrón, si crees que tú eres Polar y Polar es tu familia ¿Cómo puedes creer en el socialismo al mismo tiempo? ¡Tamaña tarea de concientización para una revolución! Mentes llenas de ilusiones, de sueños fatuos, de esperanzas y nada más, sin oportunidades reales de vencer como clase indefinida. Dentro de ellos, uno entre miles se hace rico, pero nunca porque pelee por su clan o su clase, que no la tiene en sus consciencia, que pelee el poder a la antigua, como en las revoluciones violentas; ni siquiera con la resolución y el valor como lo hace ahora la mafia o la delincuencia común. Se hace rico a costa de vender su alma y de venderse como una puta, de forma pasiva, pero sin la dignidad y la conciencia de ellas, de las putas (putas); más bien se entrega al amo con la cabeza gacha y el cuerpo postrado, a un burgués despiadado e indiferente. O a un aristócrata estafador, un príncipe falso de algún país falso.
La ideología socialista, proletaria, legada por el Chávez, que me niego y no puedo olvidar.
Y del lado de los chavistas conscientes, militantes del socialismo, nos damos cuenta que la guerra es despiadada, pero nos falta entender por qué el gobierno sigue pactando con los capitalistas. Denunciamos y no nos escuchan; ellos los denuncian y no se escuchan "Presidente, están haciendo tal y cual cosa contra la revolución en tal y cual empresa del estado, con la comida, con los dólares, con los silos, con la materia prima, con la gasolina" Y no nos escuchan "Presidente, es una trampa, van acabar con nuestras reservas naturales, ¡señor Arreaza, frene ese disparate!" Y no nos escuchan… "Le hemos entregado a las Empresas Polar, en lo que va de estos tres años más de 5.000 millones de dólares y dicen que no pueden producir ¿Cómo puede ser eso posible?" –dice el señor ministro, y ellos no Se escuchan…
Estamos en desventaja clarísima, pero ahora vemos con la misma luminaria de la desventaja el espacio que nos corresponde en la conciencia y en la sociedad. Ahora sabemos dónde están los enemigos en la calle, y en cuáles rincones de la conciencia hacen vida. ¡Donde se encuentre la conciencia y el miedo de la pequeña burguesía está nuestro enemigo! Así de simple. Ahora sabemos que, capitalista y corrupto es lo mismo y representan lo mismo bajo el cobijo del poder y el orden hegemónico burgués, ideológico burgués.
"Pero muchos tenemos miedo de contrariar a un gobierno y a unos líderes que nos confunden" –nos habla una voz temblosa escondida dentro de un rededor brumoso - Y recordamos que donde está el miedo está el enemigo… Que no escuchen nuestras quejas y nuestros consejos, ingenuos y cándidos pero honestos ¡No importa!, siempre podemos volver a Chávez. Y que al tiempo insistan en aflojar la tensión revolucionaria, y que, si les fuera posible, acabar con ella sin reparos ni disimulos, ¡No importa! Siempre podremos volver a andar por los pasos marchados y marcados por Chávez y continuar sin torcer el camino. …
y "Toda la sociedad va dividiéndose cada vez más en dos campos enemigos, en dos grandes clases, que se enfrentan directamente: la burguesía y el proletariado"…
¡Oh crisis, crisis; crisis como esta crisis! Eres imprescindible para fortalecer nuestra ideología, tienes un efecto salutífero y altamente revolucionario en mí espíritu.
Porque esta es una crisis ideológica y ahora se están robusteciendo nuestras convicciones en la consciencia. Gracias a ella nos desengañamos de lo que hasta hace ratico justificamos como honesto y bueno del gobierno, del enemigo furtivo, por efecto de sus encantamientos. Los vimos caminar de lado nuestro; los sentimos cerca de nuestros propios intereses de clase, capaces de trabajar en favor de la igualdad y la justicia, por la gracia de nuestros líderes, que creímos en ellos… ¡¿Dónde estaban nuestros ojos?! ¿Qué bicho los arrancaron de nuestras huecos?… Por eso digo ¡Crisis regeneradora, bendita seas! ¡Ahora sé dónde están mis enemigos! Estamos despiertos, mirando al alma de nuestro enemigo con los ojos del gran clarividente de Tréveris, ahora los podemos ubicar, sabemos dónde anidan sus verdaderos intereses y adivinamos (¡olemos!) sus intenciones. Ahora mismo sabemos que el gobierno y sus aliados capitalistas son estúpidos, capaces de defender sus miserables divisas unos y su codiciosas ganancias otros, acosta de nuestra misma existencia, como clase sujetada y explotada, y como especie humana.
Es duro, después de haber acompañado a Chávez hasta su envenenamiento y su muerte, estar atado a un gobierno pendejo, sin futuro de ningún tipo, y ser testigos de su fracaso, de su ambigua debilidad inercial, que lo hace caer y oscilar sin rumbo como una pluma sobre una brisa suave.
A pesar de lo duro de ese golpe moral estamos más fortalecidos, somos más sabios, estamos más resueltos a empezar desde Chávez hacia delante, conscientes de que no debemos cometer los mismos errores políticos, como revolucionarios y como socialistas. Nos hemos hecho más fuertes, a pesar de ser testigos de la restauración oligárquica sobre las espaldas de unos hijos bastardos de Chávez, biológica e ideológicamente ilegítimos.