A mí me convence cualquiera de cualquier cosa. Por ejemplo, Teodoro Petkoff me convenció de la castidad de Nixon Moreno. La gracia está en convencer a Mérida, donde todo el mundo conoce a Nixon y ahora, por Nixon, a Teodoro. ¿Cuántos votos obtendrá Teodoro en Mérida? «Que se retiren, no importa», rezó Rosalio Cardenal Castillo Lara ante la estampida de su feligresía. ¿Será que buscan golpes y por eso no buscan votos?
Si la oposición descalifica el Consejo Nacional Electoral, ¿cómo haría para evitar la abstención del electorado si mañana decide participar? Es decir, están clausurando la alternativa electoral y solo les queda la otra. ¿Cuál es la otra?
¿Cómo es que el Registro Electoral es inválido para las elecciones nacionales pero sí sería lícito para las primarias de Súmate? Y si Súmate usase su propio RE, ¿quién lo auditó? ¿Quiénes tenían derecho a las primarias? ¿Los militantes de oposición? ¿Y los simpatizantes? ¿Podía participar todo el mundo? ¿Y si se les infiltraba gente?
Si el gobierno extorsionará a los empleados públicos para que no se abstengan, ¿cómo se asegurará de que no voten contra Hugo Chávez? Y mientras más insistan en que las captahuellas violan el secreto, más instigarán a la gente a votar por Chávez, por si acaso.
Asimismo, rechazan las captahuellas, pero cualquiera que asistiese a las primarias hubiera publicado su antichavismo. Igual que en la recolección de firmas. O que en las elecciones de diciembre de 2005: según esta curiosa lógica todo el que no votó quedó como antichavista.
Sentido común, intuición, consenso son los métodos que quedan para elegir candidato único. El sentido común dice que el sentido común es el menos común de los sentidos. Intuyo que no será fácil aplicar la intuición en este caso. Consenso sin primarias suena a opción de poco consenso. ¿Qué hubiese pasado cuando los malos perdedores del Referendo hubiesen gritado fraude en esas quinielas primarias?
A Roberto Smith ya no lo apoya su gente porque no iba a las primarias. Fue el primer perdedor de ellas y el único ahora que no van. Un perdedor primario. A menos que saque los diez millones de votos que anuncia.
Todo esto demuestra la inteligencia superior que predomina en la oposición.