Colapso nervioso

La peor locura es la profesional. Porque la espontánea merece respeto, a pesar de las geniales en arte, ciencia, poesía. La demencia es concepto enmarañado y, bueno, sí, demente. Quienes la padecen —o disfrutan, no se puede saber— merecen solidaridad, como el tolondro Hamlet.

La quisicosa se simplifica y causa irritación ante la demencia profesional. Y hay también la provocada, como cuando indujeron a pensar que los bombillos ahorradores eran espionaje de Fidel en persona. Daría más risa si no la disertaran   personas honestas, inteligentes y con estudios. Eso te da la medida de los daños de la locura colectiva, que embrutece hasta tal punto de llevar al exterminio de toda persona considerada no aria, una categoría sin ninguna validez científica pero sí de una eficacia histórica devastadora. Como las tragedias de Ruanda y los Balcanes. Como la Inquisición. O la paranoia anticomunista del borrachín Joseph McCarthy.

Ejemplos venezolanos: Dólar-Today es un invento del gobierno; la violencia guarimbera fue causada por los colectivos chavistas, o sea, el gobierno se derrocaba a sí mismo; se van a llevar a 11 millones de menores a Cuba, un país de 11 millones de habitantes; van a prohibir Internet; no hay libertad de expresión, tal como lo expresan libremente por el 70% de los medios, que son privados; Chávez no murió cuando dijeron —que no sé qué se ganaría con eso; dicen que son la élite intelectual y postulan para presidente a Capriles y a Rosales; hay ritos paleros en Miraflores, que si fueran ciertos estarían protegidos por la libertad de cultos. Y así hasta la vergüenza. Callo ya porque no son solo disparates sino faltas de respeto y porque quien me hace el honor de leerme merece al menos mi cortesía.

La idea es producir este estado de crispación, al borde del colapso nervioso, su único éxito en 18 años de conspiración mapleta, para usar un casi hápax caro a Henry Ramos Allup, que no sé de dónde saca ciertas palabras, que solo él usa. Es, además, una locura impuesta mediante extorsión emocional. Te execran si no repites esas demasías como un loro.
Para los griegos antiguos la guerra era una locura inducida por el dios Ares, a quien los romanos llamaron Marte. Ya sabemos quiénes quieren ser ese dios en Venezuela.



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Roberto Hernández Montoya

Licenciado en Letras y presunto humorista. Actual presidente del CELARG y moderador del programa "Los Robertos" denominado "Comos Ustedes Pueden Ver" por sus moderadores, el cual se transmite por RNV y VTV.

 roberto.hernandez.montoya@gmail.com      @rhm1947

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