¡Yo confieso Padre que he pecado!

Tal vez necesite después un acto de contrición, de acuerdo a las enseñanzas ancestrales por mi recibidas, pero es que ante tanta desfachatez y desparpajo es hipocresía quedarse callado, no podemos oír las declaraciones de los representantes de la Conferencia Episcopal Venezolana y todavía creer que son inmaculados, dedicados a preservar la religión católica . Es inaceptable que un sacerdote saque a procesión una virgen para bendecir a quienes generan violencia en las calles del estado Lara, que es lo mismo que los bendijera a nivel nacional, ¿Cómo es posible que una comisión de la Conferencia Episcopal viaje a Roma, para enterar al Papa de lo que les conviene y no de lo que realmente sucede? ¿Por qué tenemos que seguir escuchando declaraciones más políticas que religiosas, por parte de la CEV?

En todo momento la Conferencia Episcopal se pronuncia en contra de cualquier decisión del gobierno y no solo se pronuncia sino que la demoniza, como en el caso de la Constituyente. Desde el primer momento se han opuesto, dando por sentado que se perderán no sé cuántos derechos y que se impondrán unos cuantos más, cuando ni siquiera se han elegido los candidatos que son los que redactarán los nuevos artículos, que serán agregados a la constitución, utilizan la religión para llamar a rechazar la Constituyente, pero no la utilizan para llamar a sus ovejas descarriadas a que cesen la violencia a la que nos han sometido.

¿Por qué no cuelgan la sotana de una vez y dejan de utilizar el pulpito como mascarada para sus intereses políticos, ¿Por qué no rechazar la violencia abiertamente? ¿Por qué no usar los dones que le concedió la iglesia católica para hacer un llamado a la paz y a la tolerancia, sin buscar medias tintas, poniéndose siempre de lado de quienes han llenado de luto y de caos el país, esto no es la primera vez que ocurre, también lo hicieron en el año 2002, en el 2014 y en muchas otras ocasiones que se manifiestan poniéndose de espaldas a lo que verdaderamente les fue asignado.

En el año 2013 el presbítero Vidal Atencio Párroco de la Parroquia Nuestra Señora de las Mercedes en Maracaibo, fue sancionado y luego destituido, por usar apología política en su sermón, cosa con la que estamos de acuerdo, no debe usarse la iglesia para hacer política, aunque no ameritaba la destitución como sacerdote, considerando que tenemos a un Padre Palmar también maracucho que no sólo hace apología política, sino que destila odio en cada palabra cuando se refiere al chavismo, y por lo visto nadie puede frenarlo. ¿Contra esa aberración y fijación del padre Palmar no habrá nada escrito en las normas de la iglesia?

A continuación le dedicaré a la CEV un fragmento de lo que Monseñor Ubaldo Santana les escribió al Padre Atencio en aquella ocasión:

Lamentablemente, con tu actitud, en esta y en otras ocasiones, te estás alejando de estas pautas y haces que, inexorablemente, se pierda la confianza en ti (especialmente de los fieles que te ha encomendado nuestra Iglesia) y se alejen los feligreses, pues no les atiendes en sus necesidades espirituales al encontrarte ocupado en otras funciones no sacerdotales. Te menciono algunas normas de la Iglesia sobre la participación de los sacerdotes en política: "Absténganse los clérigos por completo de todo aquello que desdiga de su estado…Les está prohibido a los clérigos aceptar aquellos cargos públicos, que llevan consigo una participación en el ejercicio de la potestad civil" (c. 285) "No han de participar activamente en los partidos políticos Es importante que comprendas, apreciado hijo, que la Iglesia no puede tolerar de ningún modo este tipo de actuaciones que, lamentablemente, has protagonizado en forma continua, pues aunado al escándalo flagrante que causa a nivel de la feligresía, y muy especialmente a escala de aquellos que tienen menor grado de formación, produce alejamiento de los fieles, lo que sin duda va en abierta contraposición con nuestro labor espiritual de salvar almas mediante la propagación del mensaje de la fe y la caridad .

Por lo antes expuesto exhortamos a la Conferencia Episcopal Venezolana, a respetarnos como feligreses, y a encargarse de lo que Monseñor en su carta menciona, estamos seguros que las almas que han quedado en las calles víctimas de la violencia aún se encuentran esperando justicia, pero la justicia de los hombres, esa que por lo visto ustedes no saben solicitar, y los que estamos en medio de esta diatriba lo que queremos es vivir en paz, esa paz que a ustedes se les hace muy difícil mencionar abiertamente. Llaman a la paz lánguidamente, pero se pronuncian como políticos ferozmente.

¡Yo pecador me confieso! Y confieso que ya no creo en los curas que integran la Conferencia Episcopal Venezolana



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Zonia Linares

Nací con corazón revolucionario. Chavista desde 1992. Creo en Dios, mi patria sigo y seguiré los sueños de mi comandante eterno.

 sonfer723@gmail.com      @sonfer723

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