El maligno Julio Borges

 No me gusta calificar a las personas, pero cuando tengo frente a mi la imagen o el video de ciertos personajes, algo fuera de mi control me obliga a buscar un adjetivo que lo identifique por sus actuaciones. Esto me sucede con frecuencia con Julio Borges. Cuando lo miro y detallo su estampa repulsiva no puedo evitar que mi organismo responda, algunas veces con ganas de vomitar al contemplar a ese emético. Otras, me comporto con cierto nerviosismo propio de un demente al no poder actuar contra ese ser desagradable e indigno que tanto daño nos está causando. En verdad no es culpa mía, es una imperfección de mi karma o de mi wifi que no está en sintonía con hombres que transpiran maldad y cobardía.

En esos instantes depresivos, de nerviosismo, estupefacción, de molicie intelectual, de hipnosis inmutable, de animosidad discreta, entre tantos sentimientos encontrados e indefinibles me dedico a buscar el mejor epíteto para endilgárselo a Julio Borges y no lo encuentro. Indago en mi pensadora los adjetivos que podrían servir y me llegan cobarde, bocón, vende patria, pelele, sicofante, lameculo, degenerado, traidor, repulsivo, desgraciado, abominable, indigno, corrupto, esperpento, aporofobio, energúmeno, mentecato, ignorante, jalabolas, mala gente, despreciable, rastrero, caradura, mentiroso, malandro, diabólico, tarado, siniestro, hipócrita, antipático, falso, tramposo, ruin, insoportable, mafioso, indolente, pendenciero, despiadado, dañino, mentecato, intolerante, truhan, energúmeno, filibustero, genocida, fútil, criminal, bazofia, badulaque, tunante, zopenco, zángano, zascandil y maligno. Entre todos estos que logré sacar de mi depósito de insultos, este último juzgo que es el que mejor se corresponde con el comportamiento y personalidad de Julio Borges.

No es mi intención insultar a Julio Borges, mi idea es buscar el adjetivo que más se identifique con el referido, aunque juzgo que este vil personaje tiene un poco o mucho de cada uno de los epítetos que aparece en párrafo anterior. Sin embargo el que lo mejor que lo define es el de maligno. No cabe la menor duda que Julio Borges es un ser maligno.

La anterior apreciación no tiene nada que ver con una posesión demoníaca, no es que está proceso de Satán, en caso de que esto ocurriera el dios de las tinieblas abandonaría ese cuerpo dado que no lo soportaría por insufrible. Me refiero al daño que este ser ruin le está haciendo al pueblo venezolano. Un truhan como Borges, quien recorre el mundo hablando mal de sus compatriotas, culpándolos de todos los males que sufren los naturales de los países donde los venezolanos acuden para mejorar su calidad de vida, no merece el respeto y ni la consideración de nadie.

No es que Borges está proceso de Mefistófeles, peor que eso. Este mandinga transpira neoliberalismo puro, su cuerpo está proceso de Donald Trump y es este malvado gordinflón rollizo el que le orienta su nefasto proceder. Y como Judas, todo a cambio de treinta monedas de plata, mejor dicho, por millones de dólares. Al igual que del Iscariote quien vendió a su maestro, nuestro traidor entregó el pueblo venezolano a las garras del imperio para que sufran las ignominias de las sanciones.

¿Cómo se podría calificar a un individuo que viaja por el mundo solicitando la aplicación de sanciones para que más de treinta millones de personas no obtengan los alimentos, ni las medicinas necesarias para vivir una vida normal? ¿Cómo se le puede llamar a un ser que maltrate a su madre y a la madre patria? No les voy a dar el calificativo, al lector le dejo la opción para que lo escoja el mejor de los adjetivos descalificativos en el párrafo referido.

No creo que en la historia universal de la política haya existido un ser tan nefasto como Julio Borges. No tiene la suficiente valentía para enfrentar al gobierno del presidente constitucional MM, siempre lo hace desde un escondrijo, tal como las alimañas. Arenga desde los micrófonos que les ofrece los medios de comunicación internacional comprometidos con el neoliberalismo y el FMI, únicamente para proferir mentiras como argumentos para solicitar más y más sanciones contra sus congéneres. Así es sumamente fácil, su familia no está en Venezuela, su esposa y sus hijos viven sin problemas en Bogotá con las rentas generadas por la ignominiosa tracción. Hombres como Julio Borges carecen de hombría, decoro, decencia, patriotismo, compasión, solidaridad, honestidad, humanidad, serenidad y todo sentimiento que separa al hombre del monstruo.

Julio Borges es un ser maligno, un individuo que no se detiene en pensar en el sufrimiento de millones de seres humanos que lo único que desean es vivir en paz. Su objetivo no es imponer un modelo político para el país, un modelo de desarrollo que le permita alcanzar un progreso en paz y en armonía. Su ideal no le pertenece, su cerebro está limitado a los lineamientos que le dicta su amo, al rubicundo Trump. Este es hombre a quien él se le arrastra, el mismo que defiende las avaras corporaciones financieras, económicas, agroindustriales, armamentista, es decir el gran capital. No es que Julio Borges es el aliado de estas compañías, simplemente es el sirviente, su siervo, siempre dispuesto a responder al llamado de sus amos.

Julio Borges es depreciable, un ser anodino que abandonó el país para no afrontar un juicio por la muerte de un niño atropellado por el auto donde él estaba. Es un filibustero, porque se asoció con otros como él para despojar las riquezas del país, un CDM que no se detuvo en pensar o prefirió ignorar las penurias que sufrirían sus compatriotas cuando se aplicaran las sanciones del orbe capitalistas contra nuestro pueblo. El miserable hace todo lo posible para que sus amos del norte bloqueen la posibilidad de que a la mesa de los venezolanos les lleguen los alimentos de las cajas CLAP. Víveres subsidiados por el gobierno socialista del presidente MM. Es su responsabilidad que la facturación, por concepto de la exportación de crudo, haya descendido de 40 mil millones de dólares a 4 mil millones, para el beneficio, no del presidente, sino de todos los venezolanos.

Julio Borges es un jalabolas de primera fila, siempre está de primero frente a los amos para ofrecerles sus servicios. Es por eso que su pensadora no admite ninguna reflexión sobre los sucesos de Chile, sobre la violación de los derechos humanos y los crímenes de lesa humanidad cometidos por el gobierno fascista de Piñera. Tales críticas no están dentro de su chip, este no contiene nada que critique las acciones inhumanas de los gobiernos patrocinados por el neoliberalismo y el FMI. Mucho menos hacer un juicio crítico contra el gobierno de Duque sobre la matanza de los niños, dado que este subpresidente es su aliado en el envilecimiento y servilismo ante sus amos del norte.

En cualquier país del mundo un político que posea un prontuario como el de Julio Borges debería estar preso. No creo que el gobierno colombiano actual lo deportará y tampoco creo que él regresaría a Venezuela por voluntad propia por ser un eunuco político. Si en el futuro este maligno logra poner los pies en nuestro territorio, antes de llevarlo a una cárcel voy a recomendar un castigo ejemplar utilizado en siglo XIX. Embarramos de brea y desnudo Julio Borges o cualquier otra sustancia pegajosa, envolvemos su cuerpo con plumas de gallinas beneficiadas y lo exhibimos en esta estampa, caminado por las calles de todas las capitales de los estados que conforman nuestro territorio. A un ser de esta calaña debe ser expuesto al desprecio y escarnio público. No creo que exista un escarmiento para penalizar todo lo que le ha hecho este ser maligno salido de las alcantarillas más nauseabundas de política.

Julio Borges es un traidor y como traidor hay que tratarlo. No hay clemencia para estos personajes, van por la vida de traición en traición, no tienen y no les importa la dignidad. Su único objetivo es el dinero y lo buscará como sea. Razón tuvo Emiliano Zapata, el héroe mexicano cuando expresó: "Muchos de ellos (refiriéndose a los traidores: nota del autor) por complacer a tiranos, por un puñado de monedas, o por cohechos o sobornos están traicionando y derramando la sangre de sus hermanos". Parece que el azteca se refería a Julio Borges. Lee que algo queda.



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Enoc Sánchez


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