(Video) Mentiras blancas

Teodoro Petkof ha dicho que él, el comando de Rosales y Rosales mismo sabían que iban a perder, pero que «nadie puede ir a un proceso electoral, hacer campaña diciendo que va a perder. Naturalmente, tiene que hacer el juego de estimular a sus propios partidarios, diciendo esas, vamos a llamarlas, mentiras blancas» (ver declaraciones completas aquí). No sabía que Teodoro era tan misericordioso.

Su misericordia llega hasta el punto de que «ya que todo pasó, puedo decir con franqueza que, por lo que a mí respecta, que creo conocer al país, que no estoy distanciado de la realidad popular venezolana, para mí no había ninguna duda del resultado». «Pero, por cierto, déjame decirte que tampoco Manuel Rosales estaba creyendo en pajaritos preñados. Ninguno de nosotros creyó en pajaritos preñados porque teníamos, especialmente él, el cuadro claro».

Es el síndrome de Sergio Omar Calderón cuando confesó que no podía decir la verdad porque «estamos haciendo política».

Cuando fue candidato, no recuerdo que Teodoro dijese que iba a ganar. Una cosa es franqueza y otra descaro. Si dices a tu gente que tu candidatura es un instrumento para congregarse, contarse, reconocerse unos a otros y prepararse para un movimiento social y político de largo aliento, estás siendo sincero. Pero es descaro si convences a tu gente de que vas a ganar y encima cobrar, a sabiendas de que «obviamente, había que dar una respuesta que permitiera que la gente no se desanimara antes de tiempo». O sea, después de las elecciones no importa que se desanime, porque ya no hace falta, «que se retiren, no importa», como dijo Rosalio Cardenal Castillo Lara en la homilía de la Divina Pastora.

Sobre la ética se han dicho tantas cosas. Sobre la mentira también, blancas o no. Me parece, digo yo, que engañar a más de cuatro millones de personas entusiasmadas con un triunfo que se le promete seguro es de una crueldad abismal. Por eso vimos el cuadro patético de un grupo de opositores en Miami cuando Tibisay Lucena decía el primer boletín. Helo aquí:



Ese espectáculo de desesperación y mentadas de madre debe haberse repetido en todo el país y se hubiese evitado si desde un principio, con madurez, se le dice a la gente la verdad, sobre todo si tienes la anuencia de la Casa Blanca. No estarían ahora haciendo el ridículo con las hipótesis más esperpénticas sobre el fffRRRaude. No estarían diciendo que Rosales y Teodoro se vendieron. Con razón Teodoro no ha pegado una en toda su carrera.

Pero cuando la mentira se vuelve ensañamiento es cuando Teodoro añade paladinamente que «lo que más me sorprende es que Álvarez Paz haya utilizado una mentira para soportar su declaración». O sea, Oswaldo Álvarez Paz no tiene derecho a mentir, pero Teodoro sí, aunque su gente entre en estado de depresión profunda y alguna hasta se le suicide.

¿Ves cómo te tratan, hermano escuálido?


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Roberto Hernández Montoya

Licenciado en Letras y presunto humorista. Actual presidente del CELARG y moderador del programa "Los Robertos" denominado "Comos Ustedes Pueden Ver" por sus moderadores, el cual se transmite por RNV y VTV.

 roberto.hernandez.montoya@gmail.com      @rhm1947

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