Ad hoc significa: "para este propósito" o "para esto". Es una frase latina que a menudo se utiliza para indicar que un determinado acontecimiento es temporal, y es destinado a ese propósito específico. Fin de la cita.
Algún día nos tendrá que explicar Juan Guaidó, las razones de tanto nombramiento prescindible que utiliza en las instituciones donde no tiene acceso.
Donde la perplejidad politiquera de la hipocresía en ambos bandos, se asegura proteger a los débiles, mientras se castiga a un pueblo, con un alto costo de la vida en dólares, versus salarios en bolívares devaluados, con las múltiples formas como se ejerce el cinismo. Un político o gobernante decente se debe a la realidad, aunque ésta lo obligue a desprenderse de sus propios prejuicios, es muy incómodo, tanto para el totalitarismo de derecha, como el de izquierda en políticos con ideales, para ser demócrata; de derecha o de izquierda, y decir ser antiimperialista, antifascista; así como manipulan las izquierdas totalitarias ante esas líneas. La verdad no puede ser una pasión abstracta, ni un concepto absoluto.
No se quiere criticar la verdad económica del deterioro, escrita con letras gigantes, sino la simple realidad de los hechos que vivimos los venezolanos. La verdad no debe ser creída sino vista. Hemos caído tan bajo en el albañal de la historia, que la reconsideración de la tragedia, es la primera obligación de un hombre inteligente, Bertrand Russell dixit. Las verdades con las que convivimos, comienzan desde la manipulación, utilizando el sofisma de lo demagógico, lo mediocre, y lo circense. Y así construyen un Babel artificioso y circunstancial, ad-hoc para los oportunistas-politiqueros de turno. Cuando, se cambia a conveniencia el significado de la palabra, y se subestima o magnifica delincuencialmente los hechos. Cuando el pueblo venezolano no comprende ni siquiera el significado de las palabras, cómo encontrar entonces terrenos fértiles para el argumento, y la razón; ello no abona sino el camino a la traición, y a la destrucción de la patria. Después son sustituidos los términos históricos, por aquellos decretados por el estalinismo totalitario, cambiando la relación entre los ciudadanos, cuyos vínculos semánticos son definidos desde el poder. Esto es un asalto al venezolanismo, por ende asaltar el poder total es más fácil. Si las batallas políticas son las batallas de las ideas, el “decretar” la arabización sunita de las palabras equivale a tener la llave de las mentes ciudadanas, penetrando en ellas, y subrepticiamente intentar saquearlas.
Comienzo de cita: “A primera horas de este martes 30 de junio de 2020 veo por las redes sociales el comunicado de la AN de Guaidó, sobre el nombramiento del distinguido ingeniero Horacio Medina, ex gerente de PDVSA. Quién formará parte de la Junta Administrativa ad hoc de Pdvsa. El Parlamento controlado por Guaidó, realizó el anuncio durante la sesión ordinaria, que como de costumbre desde el inició de la cuarentena se realiza de forma online. Fue esa misma AN, que en un informe reveló que el régimen destinó millones de euros a la Operación Alacrán, para comprar a los diputados de la otra AN de Luis la Perra”. Fin de la cita.
Todo esto es visto como una metáfora improvisada del indescriptible estado de la crisis venezolana con destino desconocido, para participar en un desastre organizado por la Universidad del Ridículo sobre la situación petrolera venezolana. No se sabe qué es peor, si la sensación de impotencia e indignación que nos embarga viendo al grotesco personaje tirando del trolley con esa pinta de mercachifle de baja estofa vendiendo su mercancía, o la lastimosa actitud del gobierno de hecho impidiendo que la justicia le eche de una vez el lazo. Por cierto, que algún día nos tendrán que explicar las razones de tanto gobierno interino prescindible, que utilizan a las instituciones, como si todo el país fuera un inmenso chat de retrasados mentales.
Los más optimistas los que lavan dólares en un país en crisis, miran para otro lado, y desvían la conversación hacia sus perfiles más complacientes: la absoluta irracionalidad de ese ´presidente interino’ echando al monte, la firmeza del estado de derecho, representado en una Justicia etérea pero que al final nunca llega, o la incertidumbre aunque ahora habría que hablar más bien de la esperanza, de que esto no sea más, que otra representación teatral del ‘interino’ tras la que llegará la propuesta de los ’alacranes´, y la elección de una Asamblea Nacional indiscreta con los votos en entredicho.
Todo eso está muy mal, pero mientras tanto el ‘interino errante’ se pasea tranquilamente de aquí para allá contando a los cándidos emigrantes venezolanos, su perorata sobre la libertad, la independencia, y la libre decisión ‘abstencionista inducida’ del pueblo soberano.
La situación, me parece, que es bastante más seria de lo que parece, y al primero que le interesa, a que el show electoral se realice de una vez es al Gobierno, y en particular al cantinflerico de toga y birrete. Fracasados los primeros intentos de abortar la vía unilateral electoral por medios fundamentalmente parlamentarios (elección del nuevo CNE por el TSJ), no queda más remedio que patalear, aún de forma insensata, el archisabido artículo constitucional de la elección del CNE, por la AN, para devolver, se dice, al nuevo CNE , la legalidad hoy en entredicho a nivel global. De celebrarse las elecciones de la nueva AN en diciembre del 2020, y constituido el nuevo Parlamento, esa bala ya estará gastada, y no parece que el interino una vez fuera de la nueva AN, el cual quedará como la guayabera, precisamente por no haber dado en el blanco. Con un chiripero politiquero estrechándole el tramojo, y el principio de autoridad en una letrina, y cada vez más en entredicho, este ultimo tropezón acabará echándole el tiempo malbaratado encima al mismo Guaidó, quién dirá, sin una respuesta contundente, ante la exhibición impune de semejante trapisonda, con ínfulas de un Napoleón de pacotilla.
