"No hay cosa más fría que un consejo
cuya aplicación sea imposible"
Confucio
Nadie puede asegurar, que la RAE valore altamente la palabra GUAIDOTEAR y la incorpore al diccionario, como un verbo y por supuesto permita su conjugación, así, como tomaron la decisión de agregar el vocablo CANTINFLEAR; aunque ambas se derivan de personajes totalmente disímiles. Uno hacía reír, hasta en el modo de caminar; el otro, no pegó una –con la excepción de robar–pero terminó haciendo el papel de ridículo con las pocas palabras pronunciadas, ya que, se asemejaba a un actor universal, cuando el cine era mudo, como fue Charles Chaplin y el Guaido, casi nos regresa a esa etapa y cuidado si los gringos no hacen una película para enseñarle a los aspirantes a títeres del imperialismo – son bastantes– para que no se vayan de buenas a primeras en una aventura muy bien paga y aplaudida por los lados de España, pero por demás denigrante y con un final de película de terror.
Desde el mismo momento de aparecer el presidente interino por medio de una autoproclamación se guindaron los verdaderos oportunistas y por eso el apelativo guaidotear, derivado del autoproclamado parece engrosar la lista de palabras del DRAE, para homenajear a un aparecido de la noche a la mañana y la mayoría de sus seguidores terminaron viéndose en el mismo espejo, porque casi todos cargan una frustración muy grande, desde el mismo momento de la presencia del comandante Chávez en el poder, mientras los gobiernos de los Estados Unidos afilaban su estrategia para seguir interviniendo de manera directa, buscando acabar con el proceso bolivariano dirigido por el valiente Nicolás Maduro, después de la muerte del precursor de este movimiento nacido en las entrañas del pueblo, siempre ofendido y humillado por los fieles representantes del imperialismo en nuestro país, como fueron AD y COPEY; ahora, totalmente debilitados y degradados, como esos huracanes, cuando pasan dejando espantosos desastres.
El Guaidó, hizo tantas payasadas en el tiempo, que estuvo prestándose para poner en práctica todas las directrices emanadas, desde la Casa Blanca, en el periodo del no menos alocado Donald Trump y la gran incógnita es saber: quién influyó en quien, para que terminaran los dos, como unos verdaderos espantos sin haber llegado la fiesta de Halloween o de las brujas, porque además se convirtieron en un hazmerreír a dúo, ya que, el de Venezuela no pegaba una, pero para el imperialismo, con solamente utilizarlo, como una plataforma para ejecutar sus planes le bastaba y le sobraba para mecerlo entre los brazos, como un niño de pecho. Hasta, que llegó el momento de apartarlo, como un estorbo en el camino por los mismos, que lo aplaudieron a rabiar esperanzados, después del fracaso de Pedro Carmona Estanga, del cual nadie sabe ni siquiera, para recordarnos la perversidad del imperialismo y la oposición venezolana.
A cada momento la oposición venezolana lanza a sus dirigentes más destacados a declarar, pero también aparecen algunos de los traidores, que nunca lucharon por este proceso bolivariano y llegaron a este movimiento de manera circunstancial dictando cátedras de moralidad y buenas costumbres casi emulando al "Che" Guevara, lo que podemos llamar guaidotear sin pena ni gloria. Lo ha hecho la Conferencia Episcopal, el "inocente" de Rafael Ramírez y ahora, se aparece Andrés Izarra, yerno de Antonio Ledezma, quien se paseo por varios ministerios relacionados con la comunicación y de eso sabe bastante, por haber trabajo en el exterior en conocidos canales proyanquis de la manera más descarada. Pero la sangre revolucionaria no se hereda y menos se lleva en los genes, ya que, en el momento más complicado apareció en la acera del frente, como un títere más del imperialismo y después de las fraudulentas primarias, salió de su encierro pidiéndole al gobierno medirse con la inhabilitada invasora.
Estamos totalmente seguros, que casos, como los de Andrés Izarra, van a seguir apareciendo ayudando a conjugar la palabra guaidotear, lo que podemos llamar unos auténticos guaidoteros. Aunque lo van a pensar bastante y solamente se van a presentar, cuando vean el panorama totalmente despejado, como unos oportunistas, sin ninguna vergüenza al estilo Rodrigo Cabezas. El silencio del fugitivo Guaidó, no es raro, ni por su propia conveniencia; es porque sencillamente, que, así, como le dieron alas para volar y lo cargaron, como una candidata de un concurso de belleza, la mandaron a callar y olvídate del pasado, ya que, ahora tienen una pieza repotenciada en el papel, pero en la práctica tan devaluada, que el mismo interino, autoproclamado en la casa del imperialismo. Así, nacen y desaparecen los arrastrados al servicio del gran capital.
Narciso Torrealba