Tal como lo habíamos anunciado: el Táchira está en la mira del fascismo opositor. Hoy, después de una marcha “pacífica”, coordinada por sectores universitarios de la oposición, la violencia volvió a tomar las calles de la ciudad. En efecto, desde la UNET partió la marcha que luego conectó con universitarios de la ULA y siguió sus pasos hacia otras instituciones colectando a los confundidos estudiantes. Con consignas alusivas a la reforma constitucional y su rotundo rechazo a las propuestas planteadas, recorrieron calles y avenidas de San Cristóbal.
Iban con las pilas cargadas, después del descanso obligado por el receso docente y, por supuesto, la apabullante euforia que generó la celebración deportiva nacional de la Copa América. Muchos dirigentes locales mostraban como el breve poder que les dio la guarimba, por lo de RCTV, les cambió sus imágenes y algunos incluso lucían ropa traída, tal vez, desde USA (¿?). Son los mismos dirigentes, con las mismas consignas pero con objetivo diferente: echar por tierra las propuestas de cambio del Presidente, y tal vez darle hasta un sustito.
Pero no se conforman con la simple marcha. Hay deseos muy claros de causar el caos, generar violencia. Buscan cualquier pretexto para arreciar con furia contra todo aquello que represente al Estado. Días atrás habían intentado linchar cerca de la ULA al comandante de la policía, Hebert Aguilar. En su intento de dialogar con los alzados fue tomado en su buena fe y a pedradas estuvo a punto de ser aniquilado frente la ULA. También intentaron destruir una camioneta del IDT, por cierto órgano del estado que recientemente procuró la construcción dentro de las instalaciones de la ULA de una cancha de football utilizada como alterna para la Copa América. Dicha cancha tuvo un costo aproximado de cinco millardos. Amén de otros beneficios que desde el IDT ha recibido recientemente la Universidad.
Pero hoy, las cosas parece que estaban planificadas para actuar con más furia, con más violencia. Pareciera una real escalada de violencia, muy bien planificada. En efecto, ya en horas de la tarde, después de la calma que da la hora del almuerzo, comenzaron de nuevo a sentirse las acciones violentas. Comenzaron las provocaciones con quemas de caucho a la entrada de la ULA, pero luego pasaron a la acción: quemaron por completo un módulo policial permanente ubicado en las adyacencias de la Universidad. Suerte tuvieron los pacíficos policías de escapar con vida de las llamas provocadas, pero perdieron sus pertenencias. Hasta la grama que bordea el módulo fue arrasada por las llamas. Por cierto, que este módulo fue construido con el sacrificio de los propios policías y con la ayuda de los vecinos, quienes poco a poco lo fueron adecuando. Este módulo protegía a las comunidades cercanas pero principalmente a los miles de estudiantes que deben circular por el lugar. ¿Quiénes cuidaran ahora para que las alumnas no sean violadas o sus pertenencias robadas?. El módulo ahora no es más que un amasijo negro de materiales. Pero eso no detuvo la sed de violencia de los opositores: también arremetieron contra una unidad de la CANTV y la incendiaron en frente de la ULA.
Todo ocurrió en pocos minutos, en un solo día. Tal vez los medios opositores (que son casi todos) reseñarán mañana la marcha pacífica de los universitarios en el Táchira. Tal vez muy poco hablarán de la destrucción dejada por los “pacíficos” muchachos y muchachas. ¿Qué opinarán los docentes que compartieron con ellos minutos antes la “pacífica” marcha?. ¿Desconocían acaso el próximo paso?. ¿Qué viene mañana? ¿Qué dirá el guión?
*Profesor ULA Táchira
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