Vaguedad y desintegración de la derecha venezolana

Muy pronto tendremos de nuevo elecciones y desde ya la oposición ha comenzado a batir los hedores que ha derramado por la cloaca de la impunidad, añadiéndole las mentiras y las viejas mañas de siempre; de las cuales tenemos malas pulgas y malos recuerdos los venezolanos (13 de abril). Por ello, ya es momento para los análisis y las reflexiones que intenten explicar, o al menos interpretar, la actual situación política y los cambios que ha sufrido el país en los últimos diez años. En los recientes comicios electorales en la lucha por la reforma constitucional, estos tuvieron por parte de la oposición, una avalancha de la más añeja propaganda anticomunista cuya data esta estrechamente relacionado con la “Guerra fría” de los años sesenta. La oposición ha marcado, jugado y apostando claramente por la inestabilidad política y económica del país pero, sobre todo, por el intento de vender una percepción negativa a todos los venezolanos, negándose a reconocer los logros y avances que ha llevado a cabo en diez años el gobierno bolivariano del presidente Hugo Chávez Frías. La antigua clase política corrupta y apátrida adolece precisamente de clase para reconocer estos avances. No sabemos aún si la participación de la oposición en las venideras elecciones estará signada por una alta asistencia en lo comicios de noviembre debido a lo imprevistos de sus acciones políticas ya que no hay participación directa de Chávez; y sabemos que ella, la oposición, se mueve en base a un odio confeso y jurado hacia nuestro presidente.

Estar al tanto, de los vaivenes de la derecha venezolana nos obliga a diseñar las estrategias para logra un triunfo indiscutible, Una victoria expresada en triunfo contundente del pueblo. La coalición derechista y conservadora de esta oposición que no logra encontrarse así misma, sin programa ni ideas claras de lo que debe ser un hipotético gobierno que resulte triunfador para poder gobernar un país que le es totalmente desconocido. Antecedidas por malos gobiernos Cuartorepúblicanos corruptos y antinacionalistas, precedida por numerosos casos de corrupción que arruinaron el país, clientelismo, privatización. Tráfico de influencias, anti soberanía, etc. La derecha cipaya y fascista no será investida de poder ni será respaldada por el pueblo porque tiene ya su techo de votos en lo que respecta al Presidente, pero cuidado; no debemos confiarnos tal como sucedió con la reforma constitucional. La derecha protegida por un caudal de recursos provenientes del imperio y respaldado por formaciones políticas de extrema derecha, unida a una campaña mediática bestial, pretenderán de nuevo tomar la llave de la gobernabilidad, después de haber obtenido un triunfo “pírrico”. Intentarán duplicar su apoyo electoral con un discurso disfrazado de populista, pero claramente racista, reaccionario y xenófobo. No han crecido de forma preocupante en esas elecciones; pero querrán demostrar lo contrario basándose en argucias, mentiras mediáticas, miedos y temores que intentarán sembrar en los sectores populares.

Sus candidatos a gobernadores y Alcaldes aspirarán superar el apoyo electoral que recibieron en las últimas elecciones, pero no conseguirán evitar la previsible victoria del Chavismo, si hacemos las cosas bien, estratégicamente hablando. No podemos definir acertadas estrategias electorales, sino rechazamos desde ya las desuniones, peleas y conflictos. No debemos refutar o desechar una nueva alianza con las fuerzas y partidos populares. Priorizar estas alianzas de manera diferente para no defraudar las expectativas de un electorado con conciencia, progresista y ansioso de mayores cambios de los que ha realizado la revolución hasta el presente, No queremos sorpresa en estas venideras elecciones. Debemos llegar como PSUV, a ser un nuevo hermano del poder popular; con cualidad y calidad revolucionaria, tomado de las manos en sintonía con el pueblo.

Es innegable que la revolución con la derrota de la reforma sufrió un retroceso sin atenuantes que, en numerosas ocasiones la ha separado de la calle, lugar que nunca debió abandonar. Llegado este momento se hace imprescindible el análisis profundo, cuidadoso y despejado sobre la situación actual de los gobiernos bolivarianos en las gobernaciones y Alcaldías. Debemos abrir un debate hacia la diversidad de las fuerzas que conforman el proceso revolucionario, una discusión pluralista y directa sobre su futuro. En muchos instantes los dirigentes de la revolución bolivariana sacrificaron su acción en la calle por un acceso fácil y cómodo a la burocracia institucional, lo que ha constituido un gran error que ahora muestra sus graves consecuencias. El trabajo político en las instituciones y la acción a pie de calle no deben ser excluyentes, sino siempre complementarios. El proceso ha perdido parte de ese impulso original después del intento de golpe. Retomar de nuevo la calle es de extrema urgencia para el PSUV y las fuerzas progresistas, revolucionaria y las organizaciones populares. La derecha basa su política en el rescate de viejos símbolos, viejas políticas con mensajes y estrategias ya desfasadas, que se extraen del baúl de los recuerdos o del cuarto de los cachivaches (La democracia social de Rosales y un nuevo tiempo), No olvidemos que ha sido el pueblo el que desempeñando un papel protagónico en nuestra Revolución Bolivariana y Socialista; ejemplo de América Latina y del Mundo. El triunfo de Berlusconi en Italia nos obliga a profundizarla para frenar el neoliberalismo imperialista, europeo y reaccionario.

(*)Artista Plástico y delegado del PSUV. Palavecino-Lara

Antojofel@hotmail.com.



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Antonio Fernández Lunardi(*)


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