La pugnacidad en el movimiento opositor venezolano ha permitido para los próximos meses un desenlace violento, porque la mayoría de los dirigentes quieren un perfil de protagonismo en el quehacer militante de la tolda donde este inscrito. Los viejos caudillos, siguiéndole los pasos a Carlos Marx, Rosa de Luxemburgo y el maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa por Venezuela tratan de confundir al electorado y al pueblo que se encuentra registrado en el PSUV. Aquí, no se puede seguir engañando a un colectivo que desea su prosperidad y sobretodo ir a votar por un candidato unitario que cumpla con las expectativas de Estados Unidos y a los intereses de las ONG locales que reciben dinero del servicio de inteligencia norteamericano.
La unidad en estos días se les ha esfumado a los secretarios políticos de cada organización adversa a los sentimientos del bien común ya que desean ser alcaldes o gobernadores sin reunir las condiciones de liderazgo que el pueblo y los otros sectores de la sociedad aspiran. La produce en el lenguaje una diversidad de mutaciones y los términos políticos son propensos, en forma especial, al cambio y la pluralidad de interpretaciones por parte de la sociedad. Cada doctrina política tiene sus principios de documentación y la idea es que un colectivo se ajuste a un código general o principio que debe ser acatado para desarrollar un mensaje que no ofrezca una dicotomía en el significado global del texto.
Hoy, estamos en una relación de ida o vuelta. Las ideas del presidente Chávez, por ejemplo, reflejan un gran movimiento ideológico que demuestra su gran capacidad para manejar el discurso público y enmarca su perfil en los fenómenos argumentales de la historia sobre todo hecho que se sucedió en décadas anteriores para llevarnos a una escena de una izquierda moderna que tuvo su comienzo internacional entre 1889 y 1914. Esta ideología fue el marxismo en sus diversas ramas.
La idea primaria es activar las luchas sociales y producir cultura de identificación mediante un conjunto de ideas y creencias, recuerdos y ritos, lenguaje, representaciones y leyendas.
Al contrario del marxismo, la oposición pretende desmontar cada plataforma asociada al marxismo mediante connotaciones subjetivistas y trascendentes del eje epistemológico que daña la conciencia del ciudadano y, le da una euforia para molestar cualquier intento de desarrollo pragmático.
En medio de todo esto, el ciudadano debe estar en capacidad para analizar los efectos del discurso opositor que se manifiesta en el conocimiento de la barbarie. El comportamiento electoral para este mes de noviembre debe mostrar una experiencia de participación para ir a votar. La experiencia de participación para ir a votar debe ser única. La unidad política, debe ser tomada muy en cuenta por los líderes socialistas y de la oposición.
Hay que motivar a las bases para que asistan a sus proyecciones ideológicas y triunfe el mejor capacitado. El presidente abrirá las puertas de casas que exigen un segmento de ideas para ir a la verdadera democia.
Filósofo.
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