La oposición venezolana, sigue con sus discursos vacíos y no desean dar clases de política pedagógica a sus seguidores como militancia. Son palabras estigmatizadas por el pasado rechazando completamente el futuro, su lenguaje huele a podredumbre y naftalina. Se han olvidado que los venezolanos deseamos analizar el futuro. Sinceramente, pocos se encuentran interesados por la construcción del país y por nuestra política opositora solo campean y liderizan los más ávidos.
Ojala que los seguidores opositores entiendan a sus diablillos y se lean los diez mandamientos de Moisés. No se dan cuenta que el presidente bolivariano, Hugo Rafael Chávez Frías junto al estadounidense Barack Obama se están convirtiendo en los pulsores del planeta y solo el campo tecnológico, educativo y agroalimentario constituyen el ápice de lucha del comandante venezolano que busca afanosamente alertar al mundo sobre lo que sucede en la comunidad, el mundo y el país.
Venezuela es un Estado que puja hacia el futuro y no desea escaramuzas con el pasado, buscamos un reordenamiento de la vida pública, laboral y ciudadana que busca en el diálogo una valoración técnica sobre la nueva realidad de país que tenemos y, solo nos resta amoldar un marco laboral, donde los intereses de los trabajadores sean legítimos.
Las caminatas opositoras, aparte de sus motivaciones develan un conjunto de contradicciones ideológica que contravienen el verdadero sentir patriótico, la mayoría de sus consignas provienen del extranjero y marcan los límites de un desconocimiento de la realidad, porque no hay un consenso real entre sus participantes por las parcelas políticas existentes.
El presidente desea acelerar los recursos humanos hacia el pleno empleo y el progreso social de las personas. Hay que activar acciones en los sectores del turismo, minería, alimentación, educación y ambiental, para lograr una proyección del verdadero país que debemos tener como objetivo primario en la recuperación de espacios que no fueron el interés primordial del pasado.
Entre los dos presidentes mencionados anteriormente, Obama no actúa con certeza hacia ciertos rasgos económicos que controla la globalización. Ya que no hay una propuesta de país. Venezuela tiene un proyecto y el mismo se cumple a cabalidad para lograr una sintonía con los ciudadanos que integran nuestro sentir venezolanista.
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