Sobre todo en la lucha política, las cosas hay que llamarlas por su nombre, y es por ello que hay que decir, sin ningún tipo de ambigüedades, que nuestro país está siendo objeto de un cerco político – diplomático y de un ataque múltiple, desde el exterior y desde la Asamblea Nacional, hoy controlada por la derecha neoliberal y golpista.
En el plano internacional, lo más importante a destacar es la posición del gobierno de los Estados Unidos, que mantiene una línea de confrontación en todos los campos contra Venezuela, incluso, calificándola como una "amenaza a su seguridad", las patrañas de un personajillo que ocupa la secretaría general de la OEA y, ahora, la conjunción de los gobiernos derechistas de Paraguay y Argentina con el usurpador Temer de Brasil, que se han sumado al plan desestabilizador contra nuestro país y asumen con fuerza la línea de liquidar al Mercosur, el núcleo duro de la integración suramericana, evidentemente, siguiendo los dictados de Estados Unidos, que viene por la revancha con un garrote parecido al del Alca.
La derecha neoliberal, aquí, no tiene el menor pudor de desafiar al máximo tribunal del país, el TSJ, y vuelve a proclamar a unos señores que usurpan tres curules en la AN, entre tanto, siguen hablando de Revocatorio, cuando saben perfectamente que jurídica y políticamente es imposible que se realice este año, y no son capaces de contribuir, en lo más mínimo, a superar la situación económica que tenemos.
El problema de la oposición es que no tiene acuerdo sobre quien será el candidato presidencial para el 2018, que es cuando habrá elecciones presidenciales. Ya los de la MUD saben que aquí no habrá ni golpe ni referendo revocatorio, por eso intentan la vía de la intervención militar yanqui.
Por nuestra parte, nosotros estamos en la línea de Chávez: Unidad, Lucha, Batalla y Victoria.
