Golpe de timón

I Consejo de Ministros del nuevo ciclo de la Revolución Bolivariana

Golpe de timón es un correctivo a los ministros, muchos de los cuales terminaron –¡hablando de pendejos! – entregando el timón del socialismo al capitalismo. Escuchemos a Chávez:

"Autocrítica para rectificar…

Ahora, la autocrítica; en varias ocasiones he insistido en esto, yo leo y leo, y esto está bien bonito y bien hecho, no tengo duda, pero dónde está la comuna. ¿Acaso la comuna es sólo para el Ministerio de las Comunas? Yo voy a tener que eliminar el Ministerio de las Comunas, lo he pensado varias veces, ¿por qué? Porque mucha gente cree que a ese ministerio es al que le toca las comunas…

Eso es un gravísimo error que estamos cometiendo. No lo cometamos más. Revisemos. Firmé un decreto creando algo así como ente superior de las comunas. ¿Dónde está? No ha funcionado. Nicolás, te encomiendo esto como te encomendaría mi vida: las comunas, el estado social de derecho y de justicia…

Hay una Ley de Comunas, de economía comunal. Entonces, ¿cómo vamos a estar nosotros haciendo…? Lo mismo pregunté en Ciudad Caribia: ¿Dónde está la comuna, no la comuna, las comunas? ¿Dónde vamos a crear las comunas, las nuevas? Y allá en Ciudad Belén, seguimos entregando las viviendas, pero las comunas no se ven por ningún lado, ni el espíritu de la comuna, que es mucho más importante en este momento que la misma comuna: la cultura comunal. ¿Me explico? ¿Será que yo seguiré clamando en el desierto por cosas como éstas? Todos aquí tenemos que ver con esto, todos, desde mi persona, la Presidencia de la República; aquí en torno a Miraflores debería existir ya una comuna. Todos y todas tenemos que ver con eso; es parte del alma de este proyecto…

La autocrítica es para rectificar, no para seguirla haciendo en el vacío, o lanzándola como al vacío. Es para actuar ya, señores ministros, señoras ministras, las comunas, manden a buscar la Ley de las Comunas, léanla, estúdienla. Mucha gente —estoy seguro—, no digo que ustedes, por allá, más allá, ni la han leído, porque creemos que no es con nosotros. La Ley de la Economía Comunal, mucha gente ni la ha leído, porque creemos, que no, lo mío es otra cosa, eso no es conmigo…

Si tú preguntas, ¿cuáles son las que llaman comunas en construcción? Estoy seguro de que en la mayoría de esos grandes o medianos o pequeños proyectos que estamos adelantando, desde viviendas, ciudades nuevas, polos de desarrollo científicos, polos de desarrollo agrícolas, como allá en la Planicie de Maracaibo, allá en el municipio Mara, hasta por allá por el estado Sucre, donde está la gran planta procesadora de sardinas que inauguramos hace poco, una planta grandísima, hasta las empresas del vidrio que expropiamos, la Faja del Orinoco, no existen las comunas. ¿Dónde las vamos a buscar, en la Luna? ¿O en Júpiter? …

Permítanme ser lo más duro que pueda, y que deba, en esta nueva autocrítica sobre este tema, compañeros y compañeras. Rafael Ramírez, por ejemplo, ya debería tener allá en la Faja del Orinoco unas 20 comunas, con Pdvsa, pero Pdvsa cree que eso no es con ellos. El problema es cultural, compañeros. Y digo Pdvsa, con todo el reconocimiento a esa gran industria…

Las comunas, una vez incluso mandé a sacar no sé cuántas copias, Carmen Meléndez, quiero sacarle otra vez 30 copias, le voy a regalar una copia, otra vez, a cada ministro y a cada ministra de un librito rojo de los tiempos de Mao Tse Tung sobre las comunas. Parece que nadie lo leyó porque de regreso no recibí ni siquiera una hojita de un comentario sobre el libro…

La autocrítica, independencia o nada, comuna o nada, ¿o qué es lo que hacemos aquí? Ahí tiene que estar la Misión Cultura, concentración de fuego, como la artillería. Las micromisiones, el espíritu de las micromisiones es la concentración de fuego. Díganme ustedes cuántos ministros, ustedes, mis queridos compañeros, se han ido a dormir en un barrio tres días; dígame quién. No puedo dar el ejemplo, cuánto quisiera yo hacerlo, pido perdón, no puedo, pero ustedes sí pudieran irse para allá, pa’l Caño Cuibarro a ver cómo está el proyecto de los indios cuiba y quedarse tres días allá, o sembrarse allí en Sarría, un ministro, el viceministro, estar allí, transitar allí, vivir allí unos días o ir, recoger, casa por casa, que eso no sea sólo para la campaña electoral, esquina por esquina. ¿Ustedes no vieron el bombardeo de papeles que caen en el camión donde yo ando? Ahora los tiran con piedras para que lleguen, o con flecha, la otra vez estaba una flecha con un papel en la punta: Chávez ayúdame… que no sé qué. Bueno, la comuna, el poder popular, no es desde Miraflores ni es desde la sede del ministerio tal o cual desde los que vamos a solucionar los problemas…

No creamos que porque vamos a inaugurar la fábrica de Cemento Cerro Azul o la fábrica de fábricas en Guanare, o la fábrica de computadoras, o la fábrica de satélites, o la fábrica ésta y aquella ya estamos listos, no; o porque nacionalizamos cementos… Cuidado, si no nos damos cuenta de esto, estamos liquidados y no sólo estamos liquidados, seríamos nosotros los liquidadores de este proyecto. Nos cabe una gran responsabilidad ante la historia a los que aquí estamos. Véanse las caras, véanse los ojos en el espejo cada vez que vayan al baño o a donde haya un espejo. Yo de primero…

El socialismo no se decreta…

Las fábricas construidas con fines capitalistas llevan las marcas indelebles de su "sistema operativo", la división social jerárquica del trabajo en conjunción con la cual fueron construidas. Un sistema productivo que quiere activar la participación plena de los productores asociados, los trabajadores, requiere de una multiplicidad de procesadores "paralelos", coordinados de la manera adecuada, así como de un correspondiente sistema operativo que sea radicalmente diferente a la alternativa operada de manera central, trátese de la economía dirigida capitalista o de sus bien conocidas variedades poscapitalistas presentadas engañosamente como "planificación"…

¿Cuántas horas le dedicamos al estudio nosotros cada día, a la lectura, a la reflexión? Es necesario que le dediquemos, yo diría que varias horas al día, por encima de todos nuestros compromisos, porque estamos hablando de los elementos vitales de este proyecto. A veces creemos que todo debe controlarse desde Caracas, no. Se trata de crear, como dice Mészáros, un conjunto de sistemas paralelos coordinados y de ahí la regionalización, los distritos motores. Pero no hemos creado ni uno toda y ya, y dentro de los distritos motores las comunas. A veces podemos caer en la ilusión de que por llamar, yo soy enemigo de que le pongamos a todo "socialista", estadio socialista, avenida socialista, ¡qué avenida socialista, chico!; ya eso es sospechoso. Por allá alguien le quería poner a una avenida "socialista", panadería socialista, Miraflores socialista. Eso es sospechoso, porque uno puede pensar que con eso, el que lo hace cree que ya, listo, ya cumplí, ya le puse socialista, listo; le cambié el nombre, ya está listo…

Eso es como el chiste del chigüire y los indios. Llegó un cura español, eso hace muchos años, en semana santa, recorriendo por allá los campos indios de los llanos y entonces llega a un pueblo indígena y están los indios allí, bailando y tal, ellos tienen sus formas de festejar, sus dioses, sus códigos, su gastronomía; entonces el cura les dice: "Ustedes no pueden estar comiendo cochino en semana santa. El jueves santo tienen que comer pescado o chigüire". Porque había un cochino gordo ahí y él intuyó que lo estaban esperando y entonces [les pregunta]: ¿entendieron? "Sí, entendimos". "No pueden comer cochino ni carne de ganado"; entonces, el cura antes de irse los lleva al río a bautizarlos y les pregunta: "¿Usted cómo usted se llama Juana. Nombres cristianos hay que ponerle a la gente". Y ¿usted cómo se llama? Otro nombre indio, Guaicaipuro. No, qué Guaicaipuro ni qué nada, usted se llama Nicolás. Se fue y regresó el jueves santo y vio que estaban los indios bailando y asando el cochino: "¿Cómo es posible que ustedes se van a comer ese cochino? Yo les dije que no podían comer cochino". Entonces, le dice el cacique: "No, nosotros solucionamos el problema. Bueno, ese cochino lo bautizamos y le pusimos chigüire". Le cambiaron el nombre, lo llevaron al río y lo metieron en el agua, "cochino, tú te llamas chigüire", y se comieron el cochino…

Así estamos nosotros con el socialismo: "Tú te llamas socialismo, chico", pero sigues siendo en el fondo cochino. Yo hago estos comentarios, producto de reflexiones, algunos estudios y comparando con la realidad." …

Tomado de El golpe de timón, I Consejo de Ministros del nuevo ciclo de la Revolución Bolivariana 20 de Octubre, 2012

¡VOLVAMOS A CHÁVEZ! ¡CHÁVEZ ES ESPÍRITU DE LUCHA!



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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