20 Ene. 2016 - "La agricultura es un hecho de amor, es un hecho de muchas manos y de mucho corazón. Todas las personas que escuchen este llamado: ¡Todos a la siembra de la Patria!". Así lo manifestó la ministra de Agricultura Urbana, Emma Ortega en el encuentro de las Fuerzas Agroalimentarias Urbanas y de la Ruralidad, realizado ayer en la sala plenaria de Parque Central.
Ortega destacó que la idea es crear un nuevo modelo de economía comunitaria y humanista desligado del mercantilismo de los alimentos.
"Es el momento en que la Patria nos llama a todos y a todas, este es el momento que no tiene límites, porque el pueblo y las fuerzas agroproductivas del pueblo que vive en la ciudad (…) es fuerza agroproductiva, y también es una unidad de producción", destacó.
Al encuentro fueron convocadas todas aquellas personas, colectivos y comunidades organizadas que tienen un espacios para el desarrollo de la pequeña producción agrícola, sean balcones de casas, patios, jardines, así como parcelas en determinados puntos de las regiones del territorio nacional.
"En este momento el país lo requiere, es el momento de los patios agroproductivos, es el momento de los agroalimentos de estos que se están haciendo", dijo.
La ministra señaló que el objetivo del Ministerio para la Agricultura Urbana es tener el contacto con la gente y promover modelos de producción diversificados a partir de la agricultura familiar, campesina, urbana e indígena. Además recordó que esta instancia se crea como parte de la ofensiva económica, mediante el decreto 2.181 de la Gaceta Oficial Nº 40.822 fundamentado en los Objetivos de la Patria 2013-2019.
NO SUSTITUYE, COMPLEMENTA
La ministra explicó que la agricultura que se está impulsando desde la ciudad no sustituye a las otras formas de producción agrícola, sino que la complementa.
"Cuando una persona decide sembrar para su familia está cambiando la relación de producción, ya que no es una agricultura mercantilizada, sino que resuelve el alimento de la familia (…). Hay muchos mitos, como que la agricultura urbana no resuelve, pero sí lo hace con carácter científico", explicó.
Afirmó que actualmente en el país hay producción excedente de arroz, pero dado el contrabando de extracción y "el mecanismo perverso" de distribución, éste no llega a su destino.
Cuestionó el mito de aquellos que manifiestan que en el país no se producen vegetales. "Estamos produciendo. Si aquí no hubiese nada, en los supermercados no encontrarías topochos, cilantro, yuca, ñame y productos campesinos", afirmó.
En cuanto a la situación de sequía que vive el país, Ortega puntualizó que no es un problema para quienes tienen pequeños huertos en sus hogares. Agregó además que la agricultura no se desarrolla de un momento a otro, pues hay que respetar los ciclos biológicos.
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Registro de la fuerza
El Ministerio de Agricultura Urbana comenzó un registro de espacios en las ciudades para contabilizar los huertos que producen a nivel comercial o familiar. "La agricultura de los pequeños solamente se ve cuando la gente va a comer", expresó Ortega.
En este sentido, hizo un llamado a aquellas personas que deseen unirse a la productividad para que se registren a través del correo electrónico atencionalconuquero@gmail.com o para que llamen al número de teléfono 0212-5084068.
La ministra destacó que a través de las oficinas del Ciara en 12 estados del país también podrán ser parte del censo de la Fuerza Agroalimentaria Urbana y de la Ruralidad. Puntualizó que el primer periodo se enfocará en la región Central.
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Se necesita cariño y responsabilidad
Zaida López es una joven de 22 años que se dedicó a la agricultura urbana desde muy niña cuidando plantas que su madre le regalaba cuando vivía en el en el bloque 17 de la parroquia 23 de Enero.
"Siempre me llamó la atención tener ese contacto con la tierra. Quizás es el llamado al campo. Yo he tenido el sentido de responsabilidad de cuidar las plantas. Algunas se me morían por desconocer detalles sobre cultivo y alimentos, pero ahora conozco más", comentó.
Actualmente vive en un apartamento en La Candelaria y su cultivo está distribuido en dos balcones e igual número de ventanas.
Allí tiene sembrado: maní, cebollín, ajoporro, culantro, cúrcuma, jengibre, caraotas, tomillo, orégano y orégano orejón, boldo paraguayo (conocido como acetaminofén), yerbabuena, sábila y dos árboles frutales (aguacate y mango) que donará a unos agricultores en Anare, estado Vargas.
Zaida estudia en la Universidad de Las Artes y se desempeña como fotógrafa y esto no le ha impedido ser parte de la fuerza agroproductiva, pues cosecha para su propio consumo.
"Mi mamá me ayuda. Cada quien aporta un grano de arena. Ella pone a secar las cáscaras de huevo y las prepara separando los desechos vegetales para hacer el compostero. Mi compañero me ayuda a recolectar semillas. Lo que necesitan las plantas es mucho cariño y te recompensarán", dijo.