Como si se tratara de una parodia a las pistas de atletismo y las carreras de ciento diez metros con vallas, el alcalde Daniel “Pone la torta” se ha encargado de sembrar miles de vallas a lo largo y ancho de la ciudad de Maracaibo en el intento de hacernos creer a los marabinos que está haciendo algo. Cabría decir que sí, sí está haciendo algo, está poniendo vallas.
Con el rostro de la mala política, de la antipólítica, este Tartufo criollo hijo de la cuarta pareciera querer que los marabinos entrenásemos para competir en las olimpíadas en la mencionada carrera de cien metros con vallas, lo único es que para practicar aquí en Maracaibo y saltar esas enormes vallas necesitaríamos garrochas, entonces sería algo así como una competencia de cien metros con vallas con garrocha.
Si Tartufo hace una sillita de cemento en un parque, o le poda la grama, o pinta una pared –ya eso quizás sea pedirle mucho-, entonces enseguida yergue una enorme valla en la que señala que está trabajando por Maracaibo y que ha hecho tremenda obra a favor de la colectividad, cuando en realidad cualquiera que viva acá puede constatar que el sector embellecido desde que llegó por accidente al cargo de alcalde es el de su casa, ese sector sí está bien cuidado y con la calle asfaltada.
La primera interrogante que surge de lo dicho es ¿cuántas cosas buenas se habrán podido hacer con ese dinero de las vallas?,¿por qué no se invierte ese dinero en salud o en seguridad?, ¿ por qué tanta inhumanidad y mediocridad?, nos urge en Maracaibo desalojar a los gobernantes escuálidos en general, ya han demostrado de sobra que son negados a las buenas obras y que están anclados en la cuarta.
En Maracaibo hay muchas cosas por hacer, la primera de ellas es sembrar una nueva cultura que desplace la antinomia de ésta, es decir, la pseudocultura del desorden, el caos y el individualismo que no nos permite concebirnos como comunidad de personas que somos responsables de nuestras vidas, y por no tener ese principio como faro que nos guíe es que la anarquía se ha apoderado de Maracaibo, y es por eso que muchos siguen votando a la oposición produciendo nuevos Tartufos como gobernantes, además la falta de organización eficiente y eficaz del PSUV en la entidad nos ha pasado factura.
Así pues, si Daniel “Ponne la torta” sigue con sus oleadas de vallas y parapetos el presidente Chávez va a tener que trasladarse a Maracaibo y lanzar una nueva misión, la misión “Garrocha adentro”, pues ya no va a haber por donde caminar sin toparse con una vallita de esas, y esto dejando de lado la fealdad que significan esos armatostes para la ciudad.
No cabe duda pues, de que en Maracaibo tenemos un perfecto, claro, olímpico y meridiano ejemplo del por qué no se debe votar jamás por la oposición, quien lo dude venga y vea alguna valla…y que traiga la garrocha.
Miguelvillalobos9@hotmail.com