En esta ocasión, voy fundamentarme en tres hechos reales para dimensionar la situación de falta de dirección política que existe en el Estado Anzoátegui, que perfectamente sincronizan con los planteamientos que he venido formulando a través de Aporrea. Trato de colocar en su justo términos, la crisis de institucionalidad política que estamos confrontando. Estamos sin una dirección política y para complicar esta ausencia de dirección; el desorden es la norma.
A continuación, describo tres hechos relevantes que ponen en evidencia, la ausencia de una autentica dirección política revolucionaria. Si lo analizan, observaran que esta dinámica toma distancia del “modelo” que el comandante tiene para procesar y decidir sobre los asuntos políticos del proceso y del país. Creo que está muy claro el esquema que utiliza el comandante y no voy a tocarlo ahora.
El primer hecho se concreta y precisa en una “decisión” asumida por la Dirección política del estado, que suponía se había ejecutado tal cual se aprobó, pero producto de la investigación y análisis que vengo realizando sobre este asunto y otros; la “decisión” quedó sin efecto. Este “equipo” de dirección estadal tomó la sabia decisión de intervenir en la alcaldía de Peñalver porque su Alcalde Axel Rodríguez, tenía como hecho público y notorio de su gestión, un total y absoluto caos. Esta es una gestión espantosa que hay que observarla de cerca para creer efectivamente lo que ha venido pasando en este municipio. Es una de las antítesis, de lo que debería ser una alcaldía revolucionaria
Este Alcalde que generó todo una situación absurda y de anarquía, se encuentra como decimos en criollo, “vivito y colendo” porque se resistió a la medida de ser orientado, acompañado y conducido en su gestión. Axel Rodríguez se está burlando del “equipo” estadal y ese hecho, empíricamente real y observable, pone bajo una duda crítica, el talento y la autoridad de un “equipo” que lamentablemente parece no reunir la fuerza para conducir y evaluar los cambios que nos prometieron en cada municipio y que aún no logrean encaminarse.
Un segundo hecho real e igualmente demostrable para los ingenuos e incrédulos, aconteció en el municipio vecino de Peñalver que está bajo la conducción de la alcaldesa y camarada Rita Jiménez. Esta alcaldesa convocó recientemente a una reunión con un tolete del PSUV en su municipio y a los camaradas que asistieron a la reunión, los colocaron en una encrucijada o disyuntiva de escoger entre un PSUV que existe allá y que fue producto de una coaptación no muy bien entendida y manejada y un PSUV que ella tiene o desea tener. La camarada conformó su PSUV o pequeño feudo y como varios de sus directores no se acogieron a la propuesta, están girando.
El tercer hecho es también muy simple, pero es una de las dimensiones más graves que las dos situaciones consideradas hasta ahora, porque expresan el nivel de de la crisis. Es el fondo del asunto
Por ahora tenemos el PSUV en los municipios que se construyó a través de una “coaptación” y que fue anuncia en el Club Sirio de Puerto la Cruz, que deberíamos asumir como la institucionalidad existente y el único núcleo político en condiciones de dirigirnos a nivel de los municipios. No es así definitivamente. Rita Jiménez no es un caso aislado; ella se percató tarde de la idea y recientemente montó su PSUV privado. Tamaña contradicción confrontamos; la línea es la participación protagónica y la socialización de las iniciativas y en el PSUV a través de varios movimientos está estructurando una privatización de la política y del partido. La línea estratégica del Plan de Acción Política del PSUV, es la de sustituir la maquinaria por un movimiento y los líderes del proceso en Anzoátegui promueven una cosa totalmente distinta: Construyen feudos.
Tenemos el PSUV creado a través de la coaptación, el PSUV que manejan los Alcaldes que no hacen caso al PSUV nombrado por coaptación y también contamos con otro PSUV a nivel Municipal. Este otro PSUV, es el PSUV-PDVSA, que tampoco hace caso al primero e impone su lógica de clase y su particular manera de complicar el desorden y el caos.
El PSUV-PDVSA y el PSUV de Alcaldes-Alcaldesa tienen ambos un poder de desmovilización que trataremos de analizar en otro artículo, pero que se resume en este otro hecho real y verificable. Tienen recursos de todo tipo y los manejan para tareas burdas y políticamente carentes de ética y con un criterio de despilfarro increíble. El primer PSUV ha pedido y continúa pidiendo apoyo para actividades, actos, actividades de formación, contactos en las comunidades y se le niega los recursos. Este apoyo consiste en sonido, sillas, reproducción de materiales y algunas comodidades para que la participación abra camino y el PSUV-PDVSA y PSUV-Alcaldías se niegan regularmente. No hay respuestas a estas solicitudes de apoyo, pero hemos observado que estos dos PSUV, gastan millones de bolívares para traer “artistas” –faranduleros- sin mensajes y que la única situación que producen son inmensas borracheras colectivas donde se corre el alcohol y las drogas.
¿Qué está en el fondo de esta dinámica? Lo evidente y superficial es la anarquía y el desorden, pero en el fondo subyace un hecho de características genosituacionales que nos permite deducir la falta de dirección política y los aspectos que producen esta falta de cohesión en las decisiones. Esto no es casual; si a nivel de Municipio existe tres PSUV, en la conducción estadal, es decir en el “equipo” de los quince esta el PSUV nombrado oficialmente, el PSUV-PDVSA, el PSUV-Alcalde y el PSUV de cada una de las tendencias que colocaron sus hombre sen esta dirección.
@ClaudioElcuaco