- Mira mi comay María, yo, una bruta como yo, entiendo que un millonario defienda el niño rico de la oposición, porque ese defenderá sus intereses. Pero nosotras pobres y honradas desde muy pequeñas, no podemos empatarnos en esa, porque te voy a preguntar: ¿Tú has visto rico queriendo a pobre?
Las dos mujeres conversaban en sus puestos de verdura que tienen en el mercado de Conejeros, de la isla de Margarita y en donde tienen mucho tiempo vendiendo sus productos.
- Pero te digo comay Carmen, allá en mi pueblo llegaron unos muchachos bien vestidos y nos prometieron que nos van a ayudar, aunque lo hicieron de lejitos, pues mi mamá quiso abrazarlos y no se dejaron.
- Y ¿tú crees comay María que esos patiquines nos van a ayudar a nosotros, como lo ha hecho el Presidente Chávez, quien viene de abajo así como venimos tú y yo?. Pero te repito: ¿Tú has visto rico queriendo a pobre?
- En verdad mi comay Carmen que aún no he visto esa querencia de millonario hacia el pobre y lo digo con propiedad, pues los pocos ricos que he conocido en el pueblo, eso pasan como el que nunca lo han visto a uno y esos que cierto de ellos uno lo conoce desde pequeños.
- Pero Comay María ese es su comportamiento normal y por eso nadie va a creer que van a ser lo contrario, así ese patiquín de la posición hable de pajaritos y flores.
- Por eso, prosiguió la comay Carmen, usted es una persona sabia desde que la conozco, y no va a creer en trampitas electorales y de paso sería tan ingrata si lo hiciera, pues tú, tus hijos y otros familiares se han beneficiado con las misiones del actual Gobierno, pues consiguieron casas, atención medica gratis, productos baratos, pensiones y hasta estudiaron con los planes sociales de la revolución.
- Es verdad, comay Carmen, yo solamente estaba buscándole la lengua para ver si te resbalaba y le había dado la espalda al Comandante.
- Primero muerta, comay María.
Y así terminó la conversación de estas genuinas margariteñas, vendedoras en el mercado de Conejero.
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