La epopeya libertaria de Venezuela conquistó su primera victoria contra el vasallaje imperial aquí en estas islas sagradas de la patria en 1817. Son nuestros cerros y calzadas testigos junto al Mar Caribe de la proeza gloriosa e inmortal del pueblo margariteño. Para los bolivarianos de este siglo constituye un principio vital que el cimiento de la victoria y de los procesos humanos de ayer y hoy, sean arquitectura y construcción colectiva de sueños y aspiraciones.
Es cierto que toda alma en lo individual, desde la profundidad de su ser, posee distintamente sus dones, ingenios y encantos; además de sus potencialidades genuinas y particulares que se expresan inherentemente en su personalidad y dignidad. No obstante nuestra propia e invariable naturaleza socialista nos anima íntimamente e indisoluble a la creación conjunta con nuestros pares y congéneres de la victoria perfecta. Toda idea por muy brillante que sea tiene su antecedente y ocupación pasada.
Ya lo decía el Salmista no hay nada nuevo bajo el sol. La perfección ésta enlazada desde la perspectiva personal de la búsqueda del amor, la excelencia y la bondad con al quehacer colectivo por alcanzar la grandeza y plenitud del desarrollo humano en el Estado Nueva Esparta. La perfección está reñida con lo decadente y lo decrépito. El actual inquilino de la Asunción tiene más de veinte años gobernado a estas islas maravillosas con un testamento de desdén, negligencia e incapacidad.
Tenemos la oportunidad histórica de lograr una conquista, producto de la gallardía y el impulso del poder popular y la gran victoria invicta del Comandante Chávez el pasado 7 de octubre. Bolívar lo decía: el arte de vencer se adquiere en las sendas del sacrificio, las derrotas y la desunión. Hoy en Nueva Esparta hemos superados gracias a Dios y a la Virgencita del Valle esos nefastos caminos y estamos preparando nuestra victoria perfecta. Son los principales protagonistas el heroico pueblo espartano y el compatriota Carlos Mata Figueroa como abanderado de la revolución bolivariana.
Las principales virtudes son el amor, la honestidad y capacidad para sobreponerse a las adversidades. La victoria perfecta nacional se centro en el liderazgo, la unidad, el trabajo y la entrega, ahora son nuestro referentes más inmediato. Todos quienes convivimos en ésta tierra de gracia y animados por los ideales de grandeza estamos imprescindiblemente obligados a ello. Es una suerte de promesa por lograr la victoria perfecta de los hijos e hijas de Bolívar quienes habitamos la región insular y asiento de los sueños, querencias y añoranzas. Viviremos y Venceremos.
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