El desafío del 8 de diciembre, más que un escenario electoral que somete a decisión los intereses grupales o individuales “¿Quién se quita pa´ ponerme?”, enfrenta dos proyectos políticos contrarios.
En Venezuela existen 335 alcaldías, podemos decir con la ley del Poder Público Municipal que el municipio es la unidad política primaria de la organización nacional de la República, agregamos nosotros, del Estado Burgués, que por ser un órgano directo de recaudación, administración de recursos y políticas públicas tiene gran importancia para la población; sin embargo, la realidad nos muestra lo infuncional de este órgano; podríamos decir que escasean las gestiones exitosas sobre los grandes problemas sociales.
Las alcaldías son el proyecto de gestión del capital para la ciudad, este órgano que separa a los gobernantes de los gobernados y de las residencias de los ricos a la de los barrios de trabajadores, ha servido como engranaje para el establecimiento, vigilancia y funcionamiento de la economía capitalista, sus centros comerciales y empresas privadas. Es también el régimen de los proveedores capitalistas que obteniendo lucrativos negocios ejecutan las decisiones de los funcionarios, no la del pueblo que originalmente eligió.
Todos nuestros candidatos y el movimiento popular revolucionario deben plantear para el 8-D una radical distancia de estos órganos infuncionales, es necesario construir lo contrario de la ciudad burguesa= El municipio comunal, para ello, el pueblo trabajador cuenta con la ley del poder público municipal, de transferencia de competencias y la ley del Poder Popular y con el legado de Chávez: El Plan de la Patria.
“Pulverizar” la alcaldía y construir un Consejo Municipal del Poder Popular que sume a todas las luchas legítimas del pueblo para planificar, gestionar y controlar las políticas públicas, montar junto a las casas comunales y los infocentros una red comunal de comunicación que democratice los problemas municipales, consultando soluciones desde la creatividad popular. Sustituir a los proveedores capitalistas y establecer una Red de Empresas de Propiedad Comunal, y que tales empresas constituidas y controladas por la organización popular asuman competencias, por ejemplo EPC del turismo, EPC recaudadora de desechos, EPC de mantenimiento del servicio eléctrico, EPC de Mantenimiento vial y de transporte entre otras, equivale a plantearse nuevas formas revolucionarias de gestión de la política.
Se trata de construir nuevos consensos revolucionarios, no de plegarnos a los consensos del liberalismo, de la burguesía para obtener popularidad, allí se alojan los detalles que definirán las luchas históricas entre el capital y el trabajo.
@rradrian - Campaña Admirable del Poder Popular