El bachaqueo de los billetes de 100 y 50 bolívares sorprende más por el silencio que se da en torno del novedoso contrabando, que por los perjuicios que causa en la población venezolana la falta de esa moneda a la hora de retirar dinero del banco, o de hacer las compras o las rutinarias transacciones que se requieren realizar en efectivo como parte de nuestra vida diaria.
El asunto comenzó a conocerse, inicialmente, a través de la curiosidad y extrañeza de la gente que va a las entidades financieras y recibe los pagos en billetes de baja denominación, desatando el clásico rumor del bachaqueo del papel moneda similar al que hacen delincuentes con los productos de la cesta básica, incluyendo los de aseo personal, limpiezahasta que el caso llegó a la prensa con el agravante de que la publicación de tal noticia nos llenó más de dudas.
Con respecto de los alimentos sabemos que hay cacos y granujas que compran los artículos en Venezuela en complicidad con malhechores de este país, y cierran el acto delictivo revendiendo en Colombia los productos a precios exorbitantes y eso les genera elevadas ganancias si se quiere se da una compra - venta simple, sencilla.
Pero la prensa en torno del novedoso ilícito de los marrones y los verdes, navega entre dos aguas con mucha incertidumbre, por un lado maneja como hipótesis que truhanes del vecino país adquieren la moneda de esa denominación, para que cuando vengan a Venezuela a contrabandear víveres, electrodomésticos, en fin, no llevar mucho bulto en bolsillos ni en ninguna parte; por otro lado, presumen que utilizan el ejemplar de 100 o de 50 , con el fin de obtener jugosas ganancias en esas transacciones que tienen que ver con los acuerdos y convenios existentes entre ambas naciones.
No hay, o por lo menos yo no he visto una versión clara y convincente como tampoco observo que se suministre una explicación a la población al respecto, y lo cierto es que, según los medios de comunicación, el billete de cien bolívares lo venden en 140; es decir, por cada marrón el bachaquero obtiene una ganancia de casi la mitad del valor del mismo ejemplar, lo que demuestra que existe un negocio bastante lucrativo, que buhoneros automatizados hacen públicamente en calles de las poblaciones fronterizas como Maicao, mediante computadoras laptos. Y como siempre, los peces gordos que generalmente abundan detrás de este tipo de triquiñuelas, nunca se ven ni se conocen.
El contrabando de la moneda no golpea directamente al estómago de la gente, pero puede traer consecuencias más peligrosas como salir del banco con una tontería de dinero en pacas grandes por el pago en billetes pequeños, que se hacen muy atractivas para los delincuentes.
Ya circula información en las redes sociales acerca de los atracos a viejitos por parte de ladrones en la calle y en las mismas entidades financieras que aprovechan la situación, para pagarles fallo y lo creo, porque no es una papaya contar la pensión del seguro en la taquilla de un banco en billete de dos, de diez y de veinte bolívaresMás si se está corto de vista.