Lo sucedido en el Líbano durante la última semana merece el rechazo unánime de todos los hombres y mujeres amantes de la paz. Es imposible seguir contemplando pasivamente, la criminal actitud de Israel contra el mundo árabe, su cinismo -por lo vulgar-, raya en lo escatológico, los soldados israelitas, ya no solamente asesinan a los pobladores del sur del Líbano, sino que arremeten contra periodistas, representantes de la ONU, destruyen señales de televisión, en una prueba evidente de que la acción contra el Líbano, forma parte de un plan más amplio de exterminio contra el pueblo palestino, el pueblo sirio, acción que por supuesto cuenta con el visto bueno y apoyo logístico de la clase política estadounidense.
Bajo este contexto se necesita urgentemente una respuesta masiva de movilizaciones y protestas, como la ocurrida el jueves pasado en el estado Anzoátegui, encabezada por el gobernador de esta entidad, Tarek William Saab, donde más de cinco mil personas pertenecientes a las colonias árabes, marcharon en rechazo a la guerra y por el cese al fuego de inmediato. La caminata estuvo colmada de afecto y cariño de parte de los residentes árabes al gobernador Tarek, quien sin lugar a dudas demostró el liderazgo innegable que ejerce sobre los árabes de la región, que lo respetan, aprecian y valoran su consecuen cia y su persistencia en defensa de los ideales de la causa árabe.
Tarek, desde hace mucho tiempo, ha sido uno de los principales voceros denunciantes de las atrocidades del sionismo internacional, en más de una vez ha confrontado públicamente con las autoridades israelitas, llegando incluso a ser vetado, perseguido por su actitud de beligerancia permanente.
Indudablemente que una movilización de tanta gente, sólo es posible bajo la conducción de un liderazgo respetado y querido.
(*) Luis Figuera, Diputado del Movimiento Quinta República (MVR) en el Consejo Legislativo de Anzoátegui (Clea)