La preocupación rebasa todo límite de tolerancia a la desinformación. Los camaradas a quienes corresponde mantener informada día a día a las comunidades no lo hacen, mientras la población aragüeña está agotada de buscar agua en sitios distantes, a toda hora, una cosecha de agua que comienza muy temprano en la madrugada y pareciera que cierra muy tarde en la noche. Casi nadie, excepto los flojos por naturaleza, escapan a la penuria de cargar botellones, tobos, pipotes y hasta tanques que entre varios han adaptado a la tolva de alguna camioneta, para luego compartir el vital líquido. La abuela chavista de 83 años fue vista con una garrucha y un botellón atravesar la Avenida Universidad desde Caña de Azúcar este amanecer. Quiere ayudar a salvar a la revolución de una derrota por sed. Mientras, todo el mundo tiene cara de víctima de una mala gestión pública y política del servicio de agua.
A esta hora y en este día, todavía no existe comunidad alguna que sepa cuál es la complejidad de la solución al problema de suplencia de agua en la mayor parte del estado Aragua. Hace poco el recién estrenado gobernador, debutó indicando que el sábado pasado todas las comunidades tendrían suplencia permanente de agua. Una emisora, identificada como Alegría, posiblemente con una política de gran corazón ha venido informando de un calendario de agua sectorial, pero que es a todas luces falso, o también es posible que la alta demanda de agua no permita que alcance para todos (as) en la comunidad.
El potencial de agua del estado Aragua se pierde de vista, partiendo del contaminado Lago de los Tacarigua, cuyas aguas procesadas pueden generar reciclajes a la población y a la agricultura, según sea el proceso de tratamiento. En el subsuelo hay agua en abundancia, el nivel freático alto también permite que con aljibes se pudiera disponer de agua de alta calidad; y además unas zonas cercanas al parque Henry Pittier se abastecen con regularidad de los flujos de agua que vienen de las montañas de la cordillera de la costa. Con ese potencial de agua, unido a la suplencia del acueducto regional del centro, pasar sed en Aragua es una calamidad de la gestión pública del abastecimiento. Esa gestión cuestionable rebasa a HIDROCENTRO, y pone de espaldas a las Alcaldías, en un momento en que hay que demostrar que somos capaces de hacer gestión municipal y comunal.
Hace mucho tiempo, dispuse de material informativo y propagandístico de los avances en la suplencia de agua en algunas comunidades de la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, siempre los mostraba a mis compañeros de estudio en la universidad porque además del servicio a las comunidades se manejaban con criterios estéticos que hacían de los reservorios de agua una atracción turística y política.
¿Qué puede mostrar la Gobernación de Aragua en los últimos cincuenta años sobre el tema del agua? Si en ese tiempo se crecentó la pudrición del lago, el riesgo de tragedias y la falta de una política formal de recuperación de aguas. Hay que defender el gran proyecto, eso sí, debatido con el Pueblo, sobre la recuperación integral de las cuenca del Lago de los Tacarigua o de Valencia. Esta sed actual es solo la muestra de los que puede ser el futuro, si la gestión pública del agua no es una prioridad para el socialismo, el desarrollo sustentable y la vida digna.