Ganamos como debía ser, con fuerza revolucionaria. En Barcelona la obra de Guillermo Martínez era garantía de triunfo para Marcano, así como la gripe no se puede esconder es imposible negar el gran esfuerzo realizado por el alcalde saliente o como dicen algunos el alcalde anterior, en consolidar el desarrollo del municipio Bolívar, porque a veces se notaba cierta mezquindad de algunos dirigentes al no decir el nombre del impulsador de la Gran Barcelona. No ha pasado mucho tiempo para que la historia comience a darle el merecido reconocimiento. Este domingo se demostró la coordinación de la maquinaria chavista al igual que ahora es cuando hay identificación con las ideas del comandante supremo. Entramos en el preámbulo de las presidenciales con la frente bien alta y la seguridad de victoria en la reelección de Nicolás Maduro Moros. Nuestro presidente es claro como Chávez, no utiliza doble discurso mucho menos miente, eso le ha permitido ganarse la confianza del pueblo, su credibilidad abre caminos en momentos difíciles como loa actuales, en donde las consecuencias de la guerra económica nos hacen vivir en una constante crisis. Quien va a entender que dos días antes de las elecciones el dólar paralelo haya subido en un 50 por ciento, la única forma de aceptar este fenómeno es un aumento inducido para disparar los precios. Tampoco pueden acusarlo de alcahuete, el despido de 65 gerentes de PDVSA, es prueba fehaciente de su concepto de justicia, lo ha dicho: caiga quien caiga se debe investigar hasta las últimas consecuencias. Ahora bien estas elecciones marcan la desaparición política de directivos como Henry Ramos y Julio Borges, menguando la posibilidad de rescatar los partidos Acción Democrática y Primero Justicia, quienes en esa guerra a muerte nunca pensaron el país sino en su supervivencia política. En Barcelona daba tristeza oír a los dirigentes de PJ, que no trabajaban por el candidato adeco ya que de ganar este partido 18 alcaldías, se encargarían de hacer desaparecer del mapa a Primero Justicia, palabras carentes del sentimiento democrático llenas del temor e inseguridad de un falso liderazgo que como mediático nunca tuvo asidero real. La excusa de la abstención de la derecha para justificar la derrota de la oposición no tiene otra explicación que el desencanto del país de los conductores de ese sector. No creen en ellos ni en sus promesas, ese escenario se les agotó. La misma lucha interna los descalifica. El triunfo fue literalmente casi total, los pocos municipios en donde el proceso revolucionario no alcanzó la victoria fue por no estar unidos, esa unidad del Polo Patriótico es fundamental para ganar, que no se crea que allí se perdió por la fuerza de la derecha. Desde esta columna un reconocimiento a nuestra camarada y gran amiga Herminia García, nueva alcaldesa de Puerto La Cruz, seguro estamos que hará historia en el municipio Sotillo, la guían el coraje y los principios de su tía Lina Ron.