Según Augusto Hernández, en Barcelona no hay autoridad

Augustico es un conductor radial con más de 40 años de experiencia, sobre todo en programas de opinión. Recientemente labora en una emisora comunitaria identificada con el proceso chavista, en realidad ya tiene allí varios años en horario estelar de las mañanas, siendo sus comentarios escuchados por buena parte de los oyentes de la ciudad capital del estado Anzoátegui. El hombre es todo un artista del micrófono, critica despiadadamente al gobierno municipal a los extremos de afirmar que en Barcelona no hay autoridad, pero con una habilidad característica se define chavista colocando así una protección a favor de la emisora. Con un estilo parecido al de Juan Barreto lanza conjuros contra la alcaldía, al creerse más chavista que el hermano del comandante supremo, con lo que se reviste de una autoridad moral para quedar bien con Dios y con El Diablo. El problema se le presenta cuando el número de cuñas disminuye, es en ese momento que le sale el verdadero espíritu, iniciando campañas personales contra funcionarios públicos. En el caso del municipio Simón Bolívar, los gritos llegan al alma de directores cuidándose de hablar bien del ciudadano alcalde. Con el viejo argumento que el burgomaestre es muy bueno, desgraciadamente rodeado de pésimos empleados, y se llena la boca diciendo "yo voté por él", con un orgullo indescriptible. Pareciera jugar con la mente del alcalde con ese doble discurso que indirectamente lo cataloga de mal gerente, al nombrar directores incapaces. Y si fuera poco al referirse a sus buenas bondades, antecede la palabra inmadurez al manifestar "es un buen muchacho". Augustico no toca a Maduro, teme meterse en aguas profundas. El alcalde como si ya comenzó a conocerlo y valorarlo, pues el locutor y periodista se queja de la negativa del burgomaestre de asistir a su programa. Algo parecido quiso hacer Augustico con el alcalde anterior, pero este enseguida se dio cuenta de su juego. Juego o estrategia que le falló con los gobernadores de la cuarta. Uno no conoce al ciudadano alcalde pero suponemos que debe estar arrepentido de haberlo tratado y darle algo de confianza, porque prácticamente desde el programa, Augustico le da órdenes, increíble como dice a quien debe despedir y a quien debe reincorporar como si el alcalde fuera un pelele del locutor. Con ese sistema no lo ayuda, lo único que falta es que le pida se vaya de vacaciones y lo deje encargado. Igual pasa en la emisora, el dueño se fue de vacaciones y le dice al encargado "que va tú no eres sub director, bandido, ese es mi puesto". No se crean que es tan valiente, tuvo que venirse huyendo de Puerto Piritu, porque la emisora donde trabajaba le cayeron a piedra por estar hablando muy mal de la mamá de un alcalde, después que lo habían sacado de todas las emisoras de Barcelona y Puerto La Cruz. Lo que no se puede negar es la audiencia, ese es su capital, pero últimamente perdiendo credibilidad, ya que la gente lo oye como el que ve un payaso para reírse de sus errores, ridiculeces y sobreactuaciones.



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Pedro De Lilla

Cronista e investigador social

 pedrodanieldelilla@gmail.com

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