Yo no sé realmente si todo el país está en la misma situación, pero lo de Mérida, es realmente preocupante y doloroso, la situación en la que se encuentran los y las merideñas es precaria desde todo punto de vista e inaceptable bajo cualquier argumento. La denuncia revolucionaria, es una revuelta de tripas, por indignación, por lamento, por tristeza, o por el sólo hecho de negar la idea, ya establecida en el inconsciente, de que en revolución, nada funciona.
Desde una perspectiva crítica y revolucionaria, no aceptamos que se compare al socialismo bolivariano, con este caos en el que estamos inmersos los y las merideñas, pues la situación imperante es agobiante, desgastante, improductiva, desesperanzadora. En algún momento llegamos al consenso colectivo de que queríamos paz, que inclusive la necesitábamos, y creo que hay que luchar por ella, sin embargo deben haber condiciones para que se construya, pues como muchas cosas importantes de la vida, la paz no es un decreto, que se emana y se cumple.
Desde que inició este año 2020, la arremetida en contra del pueblo ha sido brutal, y hay que pararla con urgencia, ya basta con los conflictos irresolubles a corto plazo, cómo para que nos sigamos dejando desbordar por problemas que están en las manos de quienes ostentan el poder.
Poniendo en blanco y negro las cosas, temas como el de la economía, no son solucionables en el corto plazo, sin embargo hay otros en los que debemos avanzar con paso firme, para que la gente vea, sienta, viva el calor de un gobierno revolucionario que acompaña al pueblo en sus luchas.
La cosa en Mérida ha rayado en lo más grotesco y abusivo que hemos vivido, pues no basta con el asunto inflacionario, las largas colas para la gasolina, los aumentos constantes del precio del transporte público, la ausencia de gas doméstico, sino que ahora viene como cargado de odio hacia el pueblo los largos cortes de energía eléctrica, que son de 6 horas diarias y se repiten hasta dos veces, y hasta tres dice la señora Aurora, ya con los ojos extraviados de la arrechera. Esta situación da para todo, incluso para especular, pues algunos compañeros afirman que le quitan la luz a Mérida, para que el centro del país funcione con normalidad, o en el caso, de un grupo de mujeres molestas que argumentaba que la luz se iba siempre en Mérida, para que Caracas viviera en una Venezuela que está amparada en la desigualdad (no voy a escribir lo que realmente piensan, por pudor). Meras especulaciones? O es que las cargas de Los Andes dependen del Zulia, y como en Maracaibo hace mucho calor, cuando encienden los Aires acondicionados, el sistema no aguanta y empieza la regulación de cargas. Será? O también le echamos la culpa al imperio, para que todo siga su curso.
Más encima de todo lo contado, empieza a fallar el agua en algunos sectores populares, y nadie denuncia, nadie corrige, nadie dice nada. Bueno como nadie dice nada, nosotros sí vamos a decir, así sea pura especulación, pues dicen que el asunto de las aguas tiene que ver con los gobiernos municipales, no tiene nada que ver con Trump, con el Mossad, con los piratas somalíes, o con el Corona virus.
Sabemos, lo tenemos claro. Vivir en este país es la cosa más hermosa del mundo, pero zapateros, pónganse a sus zapatos, porque de lo contrario, ni la historia los recordará.